Los ópticos basan esta información en un trabajo realizado por un equipo multidisciplinar de científicos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), que ha estudiado las consecuencias de las actividades estacionales, más concretamente las realizadas en verano, en la incidencia de infecciones oculares y disfunciones visuales.

La investigación concluyó que durante la época estival, los problemas oculares y visuales aumentan un 25% en relación a las otras estaciones del año.

Los problemas oculares y disfunciones visuales a los que se refieren los ópticos-optometristas son conjuntivitis, fotoqueratitis, erosiones corneales y ojo seco, entre otros.

“Con el exceso de exposición solar, los ojos tienen un mayor riesgo de padecer cataratas, ceguera temporal (fotoqueratitis), tumoraciones y pterigion, un tipo de crecimiento anómalo del tejido de la conjuntiva ocular”, explicaron los expertos.

Y todos estos problemas, añadieron, “se relacionan con una intensa a lo largo del tiempo o bien repentina exposición al sol; por lo que el verano es una estación que resulta de alto riesgo para nuestros ojos”.

Igualmente, advirtieron, la ingesta de una serie de medicamentos, entre ellos algunos de venta libre, puede aumentar la sensibilidad de los ojos y la piel a la radiación ultravioleta.

Entre ellos, detallaron, figuran ciertos antibióticos, algunos anticonceptivos orales y medicamentos antiinflamatorios, como el ibuprofeno y el naproxeno sódico.

Para cuidar los ojos en verano, los ópticos insistieron en la importancia de llevar siempre gafas de sol homologadas en playas, piscinas y montaña, donde ha de utilizarse también un sombrero o gorra, además de protector solar.