Aguirre hizo estas declaraciones tras reunirse en su precampaña para las elecciones municipales de la capital madrileña con la Asociación Gremial del Taxi y con algunos vecinos del distrito de Chamberí.

"Lo confirmo. Baltasar Santos dijo que no estaba imputado y faltó a la verdad", dijo Aguirre sobre la retirada del alcalde de Navalcarnero de la lista a las próximas elecciones municipales. "El Comité Electoral Regional se reunirá y elegirá al candidato que pueda hacerlo mejor al servicio de Navalcarnero".

Por lo demás, Aguirre respondió con un doble “en absoluto” cuando se le preguntó si la dirección nacional del PP estaba metiendo la mano en la elaboración de las listas del PP de la Comunidad de Madrid o si había habido alguna tensión con Cifuentes. “Queremos buscar a los mejores candidatos y es lo que estamos haciendo”, se limitó a comentar.

PRECAMPAÑA MUNICIPAL

Como candidata a la Alcaldía de Madrid, Aguirre explicó que su intención es “hacer una ciudad al servicio de los ciudadanos, en la que podamos elegirlo todo”, y como ejemplo citó su desempeño en la Concejalía de Medio Ambiente, en el Ministerio de Educación y en la Presidencia de la Comunidad de Madrid, cargos desde los que aseguró que siempre había procurado acrecentar las libertades de los madrileños, por ejemplo en la elección de centros educativos y sanitarios.

La candidata rehusó contestar si la marca ‘Esperanza Aguirre’ tiene ahora más valor que la marca PP, distinguiendo: “No soy una marca. Soy una persona, una persona muy conocida que lleva muchos años al servicio de los madrileños”.

A los taxistas los ensalzó como “esos trabajadores que echan más horas que casi nadie” y que son “importantísimos” por su servicio a los madrileños y a los turistas,, a quienes dan “la primera idea” de lo que es la ciudad. Prometió que, si es alcaldesa, tendrán en el Ayuntamiento a “alguien que les ayude”.

En concreto, tanto en la sede de la Asociación Gremial del Taxi como en sus posteriores declaraciones en Chamberí, Aguirre se mostró receptiva a su demanda de poder parar en el centro de Madrid si quieren llevar a los turistas cargados de malestas hasta su hotel o a usuarios mayores o con movilidad reducida. En la sede dijo también que para evitar el intrusismo en el Aeropuerto había que señalizar claramente dónde está la parada de taxis auténticos.

Los vecinos de Chamberí que se la fueron acercando en su paseo por el barrio enumeraron los problemas de limpieza y de ruido, algunos de falta de accesibilidad como la ausencia de rampas o de un ascensor en la estación de metro de Quevedo y uno de ellos, vendedor de lotería, hasta se permitió recitarla un poema sobre Madrid.