Impulsada por UPyD, la propuesta fue rechazada con 183 votos en contra de PP y La Izquierda Plural, mientras que PSOE, CiU y PNV optaron por abstenerse, por lo que recibió 7 votos a favor y 123 abstenciones.

El objetivo de la iniciativa era reformar el proceso de selección del personal docente e investigador a fin de combatir lo que UPyD denomina “la endogamia universitaria”, para lo que también proponía vincular la financiación a los resultados en docencia e investigación e incentivar económicamente la movilidad universitaria y la contratación de personal procedente de otras universidades.

Según el portavoz de Educación de UPyD, Carlos Martínez Gorriarán, el 97% de este personal de la universidad española trabaja en la misma institución en la que estudió, frente al 10% de EEUU.

Esto se consigue, a juicio de este grupo, “manipulando las oposiciones y los concursos públicos de empleo”, mediante la técnica de “crear perfiles ad hoc que se adapten lo más posible al del candidato” que la persona "de poder dentro del departamento quiere promocionar”.

Todo ello crea “una suerte de dictadura” dentro de los departamentos basada en “el favoritismo”, que va en detrimento de la calidad de la docencia y la investigación y de la competitividad, según añade.

El resto de grupos admitieron la existencia del problema pero acusaron a UPyD de “pintar un escenario muy catastrófico”. Para la portavoz de Universidades del PP, María Jesús Moro, imponer tres años de trabajo en una universidad distinta puede perjudicar la captación de talento, mientras que su homóloga de La Izquierda Plural, Caridad García, consideró que esta propuesta ahonda “en el desprestigio de la universidad que se promueve desde el Gobierno”.

El representante del PSOE, Mario Bedera, destacó “la conveniencia del debate” aunque lamentó su falta de oportunidad, dado el estado lamentable de la educación y la universidad en España.

La misma idea expresaron los portavoces de PNV y CIU, que además consideraron que la iniciativa invadía competencias autonómicas.