RSC. Los fondos de pensiones públicos de los países nórdicos huyen del carbón
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
La lucha contra el cambio climático ha llegado a la toma de decisiones de los principales fondos de inversión institucionales. Esto se refleja tanto en las propuestas de resolución que los inversores institucionales estadounidenses están presentando en las juntas de accionistas como en las políticas de inversión de los fondos de pensiones públicos de los países del norte de Europa, que están desinvirtiendo de empresas del sector del carbón.
Precisamente un grupo de expertos, encomendado por el Gobierno de Noruega para el estudio sobre la política de inversión en los sectores del petróleo y el carbón, dio a conocer recientemente las recomendaciones sobre cómo actuar en la lucha contra el cambio climático tanto para al propio Fondo de Pensiones del Gobierno de Noruega como a su Consejo Ético y al Norges Bank, como gestor del fondo.
En concreto, los expertos, presididos por el economista Martin Skancke, consideran que debe de haber un nuevo criterio de exclusión sobre la contribución al cambio climático, que debería ser tenido en cuenta respecto a las empresas del sector del carbón y aplicado caso por caso, entendiendo que debe de haber un análisis de las políticas y estrategias de cada una de las compañías.
El grupo de expertos considera que se podría contar con esta nueva directriz que permitiría la exclusión de aquellas empresas en las que existiese "un riesgo inaceptable" de que contribuye o es responsable de acciones gravemente perjudiciales para el clima.
En cualquier caso, no se trataría de una exclusión generalizada de las empresas que componen estos sectores empresariales, a diferencia de la política adoptada por el fondo KLP, que hasta el momento ha desinvertido de 27 empresas del carbón.
De acuerdo con el informe, la producción de energía procedente de combustibles fósiles, el uso de energía o las emisiones de CO2 no puede considerarse como contraria a las normas éticas del fondo, por lo que no se recomienda la exclusión automática de todos los productores de carbón y petróleo, sino que se deben llevar a cabo análisis de cada uno de los casos.
Por esta razón, la aplicación de este criterio debe ser interpretado y aplicado por el Consejo de Ética del fondo, y se propone una mayor coordinación entre este organismo con los gestores del fondo y su comisión de control.
Junto a estas decisiones, también cabe destacar la tomada por los suecos del AP2. Recientemente este fondo anunció que está reduciendo su riesgo financiero en la energía basada en combustibles fósiles. Como consecuencia de esto ha vendido sus posiciones en doce empresas relacionadas con el carbón y ocho compañías del gasista y petrolero.
Esta decisión se ha llevado a cabo después de un análisis de riesgo global en todas las explotaciones de las empresas energéticas que tienen como base los combustibles fósiles, teniendo en cuenta su impacto climático, según ha comunicado dicho inversor.
La mayor parte del volumen de negocios generado por las empresas de carbón identificadas en el análisis del fondo se deriva de la venta de carbón térmico. De acuerdo con el mismo, estas empresas se enfrentan a un considerable riesgo financiero relacionado con el clima, debido a los impactos ambientales y la salud negativa de dicha materia prima, que afectan a la demanda. Por otra parte, la producción de electricidad alimentada por carbón está sujeta a la competencia del gas y de las energías renovables.
En el caso de las compañías de gas y petróleo, el fondo ha identificado una serie de compañías que ofrecen una exposición significativa en proyectos de alto coste, como el petróleo procedente de la extracción de arenas petrolíferas. Así, considera que estas empresas se enfrentan a riesgos financieros graves relacionados con el clima y que es muy probable que estos proyectos no sean rentables o bien bloqueados por las autoridades regulatorias.
(SERVIMEDIA)
09 Dic 2014
JAL/caa