Para ello se está trabajando en la planta 22 del edificio, que ya desde su construcción difiere del resto porque está separada de la anterior y el techo es más alto que en las demás. Además, según indicaron fuentes gubernamentales, es totalmente diáfana.

Ahora está en obras una de las alas de esta última planta del edificio sanitario, situado en el madrileño barrio de Carabanchel, según indicaron a Servimedia fuentes ministeriales. Éste es un proyecto que ya había emprendido la sanidad militar a la vista de las misiones que realizaban en el exterior las Fuerzas Armadas, y se aceleró cuando se empezaron a extender por el continente africano.

En esta ala se colocará una “zona de grandes infectados”, donde se dispondrán 15 habitaciones totalmente aisladas, mientras que por el momento la otra ala de la planta quedará vacía, si bien ya está también en estudio su posible construcción, lo cual duplicaría el presupuesto de alrededor de tres millones que ha asignado Defensa, indicaron fuentes militares.

La expansión del virus del ébola, el traslado de los misioneros españoles afectados y el contagio de una auxiliar de enfermería que los trató ha devuelto a la actualidad este proyecto que sigue su curso y hará que dentro de unos meses el hospital pueda ser el de referencia para casos de ébola. No obstante, fuentes del Ministerio de Defensa remarcaron que es Sanidad, ya sea estatal o autonómica según el caso, quien determina a qué hospital debe trasladarse a un paciente con alguna enfermedad contagiosa de gran calado.

Este complejo hospitalario, que data de finales del siglo XIX, dispone ahora de un total de 520 camas para uso civil y militar y, desde el 2010, está integrado en la red sanitaria de Madrid, siendo el hospital de referencia para los distritos de Latina y Carabanchel.

No obstante, el Gómez Ulla es un hospital para los militares pero que “en segunda derivada” atiende a personal civil, subrayaron las fuentes ministeriales.