Margallo hizo esta advertencia en un acto en el Palacio de Santa Cruz, una de las sedes de su Ministerio, en el que se conmemoró el Día de las Naciones Unidas, fijado el 24 de octubre en una resolución que, según ironizó, es la única que ninguno de los Estados miembros han olvidado.

El ministro dedicó un par de referencias al nacionalismo a pocos días de que se celebre en Cataluña el llamado proceso de participación ciudadana en el que la Generalitat quiere preguntar a los catalanes si querrían tener un estado propio e independiente de España.

Para Margallo, el refugio en el nacionalismo, a cuya “irrupción violenta” atribuyó el estallido de la Segunda Guerra Mundial, “no es una opción”, y lo comparó con la tribu indígena de América Latina que decidió por mayoría absoluta abolir la ley de la gravedad. También recordó la referencia del expresidente de Francia François Miterrand de que “el nacionalismo es la guerra”.

EN EL CONSEJO DE SEGURIDAD

El ministro también expresó su “satisfacción” por la designación de España como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, tras una campaña que, dijo, “no ha sido fácil”, pues el candidato eliminado, Turquía, tenía un presupuesto mucho mayor para promover sus aspiraciones. También aseguró que contará con este país desde su puesto en la ONU.

Margallo, citando el documento ‘Transparencia y responsabilidad’ en el que España esbozaba el planteamiento de su candidatura, defendió una reforma de Naciones Unidas “para dar más voz a los paise que tienen más voz en el mundo real”, la del Consejo de Seguridad, la mejora de las relaciones entre éste y la Asamblea General y la renovación de los métodos de funcionamiento de la institución en una época en la que tendrá que afrontar el dilema entre legitimidad y eficacia.

Margallo señaló como focos de actuación, no sólo el ébola y el Estado Islámico que están en estos momentos de actualidad, sino también las fronteras sur y este de la UE; el Sahel, donde multitud de movimientos yihadistas desnaturalizan el carácter pacífico del islam; y otros conflictos que no han terminado aunque hayan abandonado las portadas de los periódicos.

El ministro reafirmó el compromiso de España con la multilateralidad, anunció encuentros con los países que han votado la candidatura de España, se mostró consciente de los “muchos peligros” que acechan a la humanidad y del poder de las redes sociales y, en último término, criticó la tendencia a refugiarse en el nacionalismo cuando eludir el multilateralismo ya no es una opción.