Sánchez defendió en la tribuna del Congreso de los Diputados la enmienda de totalidad que el PSOE ha presentado a los Presupuestos, y acusó al Gobierno de llevar tres años “defraudando a muchos españoles” asegurando que se acerca la consolidación de la recuperación económica, porque lo que se está consolidando es un proyecto político “basado en la desigualdad” y en el “engaño masivo”.

El cuadro macroeconómico, aseguró, es el de una legislatura “fracasada, agotada”, con 800.000 empleos menos que al comienzo, 400.000 jóvenes fuera de España, 262.000 millones más de deuda pública, y 2,5 millones de personas en riesgo de exclusión social.

Lo que echa raíces no es la recuperación, dijo, sino el paro, la pobreza laboral, la exclusión social, la desigualdad y la mentira, porque el Gobierno dijo que no subiría impuestos “y no ha dejado ninguno sin subir”, dijo que el rescate financiero no costaría nada a los ciudadanos y ha costado 44.000 millones.

Acusó a Montoro de “indignarse” con las cifras de pobreza infantil mientras es “muy complaciente” con el fraude fiscal, y ela dvirtió de que esas dos realidades existen en España mientras él con una mano aprueba amnistías “vergonzantes” y con otra recorta los fondos de lucha contra la pobreza.

La verdad de los Presupuestos, aseguró, es que suponen una “sorpresa positiva” para el 10% de la población que más recursos tiene, mientras los sacrificios los hace el 90% restante. No son las cuentas que necesita España, quizá son las que necesita el presidente en un año electoral, agregó.

Sánchez alertó además de que resulta “obsceno” reivindicar el legado de Rodrigo Rato o Ángel Acebes, y sentenció que las cifras en las que se basan las previsiones son “de ficción de serie B, como la contabilidad de su partido”.

En partidas concretas, reclamó al Gobierno que rebaje al 5% el IVA cultural y recupere lo perdido en la lucha contra la violencia de género o en la implantación del sistema nacional de dependencia. Beneficiar a las rentas más altas mientras se recortan esas partidas, denunció, implica “redistribuir, pero al revés”.

PENSIONES

Subrayó que durante los ochos años de gobierno socialista las pensiones mínimas aumentaron un 27% y ahora por primera vez en democracia se va a congelar su poder adquisitivo, con un Gobierno que debe ser el único endeudado de la eurozona “deseando que haya deflación” para justificar sus decisiones.

Sánchez rechazó las “lecciones” de Montoro sobre sanidad pública después de recortar el presupuesto de ese Ministerio un 22% desde 2011, y le emplazó a relevar al secretario de Estado de Administraciones Públicas y pedir perdón a los funcionarios si de verdad quiere defenderlos.

En su opinión, el Gobierno debería abandonar “los fundamentalismos ideológicos” conservadores “por injustos y por inútiles”, derogar la reforma laboral y apostar por lo que realmente sería “futuro” para la economía: ciencia e innovación, cultura, igualdad de oportunidades, redistribución, digitalización, reindustrialización.

Acusó al Gobierno de exigir a los ciudadanos “sufrimiento a cambio de nada” y de no haber sido capaz de resolver los grandes problemas estructurales que la economía española tenía antes de la crisis: paro y precariedad, baja competitividad, y elevado endeudamiento privado. Además, han sumado otros dos: desigualdad y endeudamiento público.

Sánchez denunció que el Gobierno solo respondió con 500.000 euros al llamamiento de Naciones Unidas para luchar contra el ébola en África occidental, que ha aprobado la ley de transparencia sin consignar partidas para aplicarla, y que ha recortado los recursos para luchar contra la corrupción y el fraude.

“Europa se acerca peligrosamente a una tercera recesión en cinco años”, aseguró, y requiere un “volantazo” en la política económica, aseguró Sánchez, que defendió la “transición económica” para encarar las próximas décadas.

A modo de avance, reclamó cuatro medidas concretas. La primera de ellas, rescatar a las familias y a los autónomos en “situación límite”, unas 500.000, para reestructurar la deuda hipotecaria y dar una segunda oportunidad a quienes están en riesgo de perder su vivienda o su negocio.

La segunda, aprobar una prestación para los desempleados con hijos a cargo e impulsar un gran pacto contra la tasa “moralmente inaceptable” de pobreza infantil a modo del Pacto de Toledo para las pensiones.

Reclamó también medidas concretas para impulsar la reindustrialización, con un plan de referencia para formación profesional y satisfacer la cualificación que requieren determinados sectores en crecimiento. Finalmente, pidió impulsar las políticas activas de empleo y la subida del salario mínimo hasta el 60% del salario medio, cerrando la brecha entre hombres y mujeres y poniendo coto a las “escandalosas” retribuciones de altos directivos que nada tienen que ver con la productividad ni con el talento y diferenciando retribuciones dignas de “obscenas”.

Sánchez apeló a las fortalezas estructurales de España para sentenciar que la falta real de recuperación no es un problema de falta de recursos sino de falta de volunta política y de un gobierno decidido a beneficiar a la mayoría de la población, especialmente a quienes más lo necesitan y a las clases medias y trabajadoras.