Tarjetas. Guerra: “Me avergüenza que por dinero apuñalen los principios del socialismo”

MADRID
SERVIMEDIA

El diputado y ex vicesecretario general del PSOE Alfonso Guerra criticó este jueves a quienes dicen militar en la izquierda pero se han dejado llevar por la codicia. “Me avergüenza que por dinero apuñalen los principios del socialismo”, aseguró.

Lo dijo sin mencionar expresamente el caso de las tarjetas opacas de Caja Madrid, por el que 16 militantes socialistas han abandonado o han sido expulsados del partido en aplicación de los estatutos.

Guerra, recordado como `Andrés´ en la clandestinidad, participó en el acto organizado por el PSOE en Madrid para conmemorar los 40 años transcurridos desde el congreso de Surenes, con el que el partido actualizó su ideario para prepararse de cara a la transición democrática en España.

Para él fue un acto de recuerdo del pasado pero también “de compromiso de futuro”, y trazó algunos paralelismos entre aquel momento y el actual.

Entonces, dijo, los socialistas también temían que los ciudadanos apoyaran “a otras fuerzas de izquierdas” que se veían “beneficiadas por el régimen”, como ahora se hace desde algunas televisiones, aseguró, ignorantes de que están “incubando el huevo de la serpiente” porque si esas formaciones llegaran al poder lo primero que harían sería cerrar esas cadenas “siguiendo las enseñanzas de sus maestros allende los mares”.

El PSOE ganó las elecciones, subrayó, porque fue capaz de definir un proyecto autónomo, “sin mirar de reojo lo que hacen los otros”, que ofrecía “seguridad y progreso” a los ciudadanos, y eso es lo que tiene que volver a hacer ahora.

Aseguró que están “en su derecho” quienes critican la Constitución y la transición, pero están “equivocados”, porque si quienes la redactaron hubieran llegado más lejos, habría sido rechazada por media España, y si se hubieran quedado más cortos, habría sido rechazada por la otra media.

“No os amilanéis”, dijo, “hicimos lo que necesitaba España”, y finalmente en los años posteriores a 1982 el país cambió para avanzar y modernizarse. Ahora, como entonces, el principal reto es “conciliar la justicia social y la libertad”.

Alertó de que el nuevo capitalismo, ahora no industrial sino financiero, está echando atrás el pacto entre empresarios y trabajadores que hizo posible el Estado de bienestar, y acusó a la derecha de “arrumbar a la beneficencia a millones de personas”.

Por ello, abogó por reconocer los derechos básicos en la Constitución para que no sean “de quita y pon” en función del gobierno de turno, y aunque defendió el respeto por la libertad de los mercados, si acumulan tanto poder como para “doblegar” gobiernos, éstos deben “reaccionar con políticas interventoras”.

Al hablar de la Constitución y de los problemas territoriales, alertó de que socialismo y nacionalismo “son incompatibles”, y culpó a la izquierda de haber “regalado España a la derecha” por su reticencia a hablar de ella, hasta el punto de celebrar “Visca Catalunya” o “Gora Euskadi” pero nunca gritar “Viva España”.

Advirtió de que “la política del contentamiento no funciona” con los nacionalismos, porque explotan su “descontento y victimismo” con “manipulación y engaño” y, como en los años treinta, pueden ser capaces de “embelesar a millones” de ciudadanos con un político que en realidad es “un monumento a la vanidad y la arrogancia” y conducirlos a un “final trágico”.

(SERVIMEDIA)
16 Oct 2014
CLC/caa