Según informó la Asociación El Defensor del Paciente, el joven tenía problemas de sarro, por lo que el 25 de noviembre de 2009 acudió a una clínica de Corporación Dermoestética en compañía de sus padres para hacerse una limpieza con curetaje, servicio por el que le presupuestaron 1.500 euros y del que tuvo que abonar la mitad por anticipado.

Sin embargo, la intervención no pudo llevarse a cabo ese día y el joven fue citado para el 14 de diciembre, aunque tampoco se le pudo realizar en esa fecha porque el odontólogo había tenido un imprevisto y no había acudido a la consulta. Se le volvió a citar una semana más tarde.

No obstante, durante ese periodo el joven cambió de opinión y decidió no hacerse la limpieza de sarro con curetaje, por lo que pidió a la clínica que le devolvieran la cantidad de dinero abonada en concepto de anticipo.

Sin embargo, en lugar de devolverle el dinero le entregaron una factura donde se le cargaban varios servicios que no le habían prestado, entre los que se encontraba la extracción de una muela del juicio.

El padre del joven pidió la hoja de reclamaciones, que se negaron a entregarle, por lo que decidieron denunciar el hecho ante la justicia.