Fernández Díaz intervino, a petición del moderador, en el coloquio posterior a la conferencia del presidente de Ceuta, Juan Jesús Vivas, en la tribuna informativa que organiza Nueva Economía Fórum, y a la salida del acto volvió a hacerlo en declaraciones a los medios de comunicación.

El ministro denunció sin citar nombres que “nadie tiene el patrimonio de la compasión y la solidaridad”, y que los ceutíes exhiben un “sentimiento de compasión, solidaridad y respeto” con los inmigrantes, que “ante todo son personas iguales en dignidad y derecho” que en sus países de origen no encontraron ni para ellos ni para sus familias un futuro “digno de su condición humana”.

Reconoció que “el fenómeno de la inmigración es demasiado complejo como para reducirlo a un problema de control fronterizo”, pero puntualizó que España tiene “el derecho y la obligación” de controlar sus fronteras, que también son las de la UE. “Eso no soluciona ni da respuesta al drama de la inmigración, pero una cosa no quita la otra”, abundó después.

De la “tragedia humana” del pasado mes de febrero en Ceuta, el ministro la localizó “en el lado marroquí” y dijo que sería “profundamente injusto” que trasladara de la ciudad una imagen derivada de aquel “dramático acontecimiento”.

"DESDE LA DISTANCIA"

A la UE le pidió, además de los consejos y opiniones que da a España, “ayuda y solidaridad”, porque “a veces se ven las cosas de forma muy cómoda desde la distancia”. En este sentido, defendió que la Guardia Civil ha desarrollado el “concepto operativo de rechazo en la frontera”, que “nadie había cuestionado hasta ahora”. Fernández Díaz retó a sus críticos a que, “si alguien tiene un concepto operativo mejor, que lo ponga encima de la mesa”.

También en su intervención en el coloquio, el ministro argumentó que, si se quiere que la política de inmigración y control fronterizo “sea una política europea, primero tiene que ser una política española, de Estado”, porque “con poca autoridad política y moral podemos pedirlo en Bruselas” si no hay acuerdo previo entre los grandes partidos españoles.

Para ese objetivo, deseó que, cuando pasen las elecciones europeas, se pueda negociar con el PSOE un pacto que, “con pleno respeto a la legislación nacional e internacional y a la digndad de las personas, dote de un estauto jurídico suficientemente seguro a quien tiene la misión de velar por la inviolabilidad de las fronteras”, los agentes de la Guardia Civil, “para que se sientan jurídicamente y políticamente respaldados”.

En sus declaraciones posteriores a los periodistas, además de insistir en estas cuestiones, añadió que agradecía la disponibilidad inicial del PSOE a este pacto de Estado y que éste es necesario porque no hay ninguna norma que concrete cómo la Guardia Civil ha de ejercer su misión de control del tráfico de personas y mercancías en la frontera en unas circunstancias tan especiales como las de Ceuta y Melilla, donde limitarse al análisis topográfico y jurídico es “ignorar una parte muy importante de la realidad”.

Finalmente, quiso dejar la “reflexión” de que “si cuando se ha atravesado la primera valla ya se está en España, ¿para qué hay una segunda valla? ¿Por qué se manda a la Guardia Civil?”. En suma, para aclarar estas controversias y evitar la división social y política y la incertidumbre jurídica, Fernández Díaz considera necesario este pacto de Estado que afronte la realidad “sin sacar réditos partidistas del drama”.