Dancausa defendió que el presupuesto es “solvente y riguroso”, y que contiene “razones para ser un poco más optimistas de lo que las dificultades de los últimos años nos han permitido”. En conjunto, el presupuesto ascenderá a 4.447,4 millones, un 3,4% más que en 2013, creciendo por primera vez en seis años, mientras se reducirán algunos impuestos por primera vez en 10 (por antonomasia, el 12% la tasa de basuras) y subirán las inversiones por primera desde la crisis. Además, acusó de antemano a toda la oposición de aferrarse a “etiquetas” para criticarlo.

La portavoz del PSOE, Noelia Martínez, replicó que este presupuesto, que dio por sentado que no se cumplirá, es, no el que necesitan los madrileños, sino el que necesita el Consistorio para presentar al ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, y por eso impone “impuestos del futuro” mientras hace “inversiones del pasado”.

También lamentó que el PP quiera convertir la democracia en “mero trámite”, denunció que Madrid se ha tenido que acoger a la tercera edición del plan de pago a proveedores, apuntó que la crisis la acumuló el Ayuntamiento popular desde antes de la crisis y terminó que la supuesta “ventolera económica” a la que aludió Dancausa “se está llevando por delante los derechos sociales”, en vez de emplear el superávit para reforzarlos.

Desde IU, Jorge García Castaño interpretó que el presupuesto es el de un Gobierno municipal “agotado” y que ha hecho una “pésima gestión”. Homenajeó a los trabajadores de los sectores de limpieza y alumbrado que, con sus huelgas, han combatido este “expolio” al que llaman liberalismo, puesto que, según cuantificó, el 25% del IBI, que se ha triplicado desde 2008, se está dedicando a pagar a los bancos.

El Ayuntamiento, desde su punto de vista, está siendo sólo “una máquina de recaudar y de endeudarse”, por lo que reclamó una auditoría ciudadana de la deuda para que se sepa a quién se paga y se module cuándo y cómo se puede hacerlo, para “rescatar a la ciudad del oligopolio” y poner “la democracia por encima del beneficio de unos pocos”. Lamentó también que las inversiones caen un 77% desde 2008, y para 2014 bajan también la partida de Las Artes y la de la Empresa Municipal de Transportes.

Finalmente, David Ortega, de UPyD, cuestionó si son verdad o mentira muchos aspectos concretos del presupuesto y, en general, si no lo es que el Ayuntamiento ha sido indirectamente rescatado por el Estado con el plan de ajuste y el de pago a proveedores.

Denunció también que el IBI ha subido un 6% hasta 2022, y exigió rigor porque no es serio que se calculen como previsiones de ingresos unas cantidades mucho mayores que el año pasado sobre conceptos que no tienen por qué variar mucho de uno a otro. Finalmente, señaló que se dedican 30 millones menos para servicios sociales, que, salvo la del Área de Medio Ambiente y Movilida, la mayor partida es la de pago de la deuda; y auguró que el presupuesto se cumplirá más o menos “según las sentencias que pierdan en los tribunales”.

SIN ENMIENDAS

En su segundo turno, Dancausa aseguró que Madrid tiene capacidad de pagar la deuda sin dejar de atender sus gastos corrientes, que tiene poca presión fiscal con respecto a otras ciudades y ahora empezará a bajar, que no han despedido a ni un solo empleado público y hasta se está consolidando a los interinos, y que gracias a que las empresas municipales han aprobado planes de viabilidad han podido asumir las pérdidas y salvar el empleo.

A Martínez le afeó exactitudes y errores técnicos, a García Castaño que no le puede pedir al Ayuntamiento más gasto público y a la vez acusarle de recaudar y a Ortega que parecía un corrector de estilo del texto de los presupuestos. En general, defendió frente a las acusaciones de incumplimiento que los presupuestos son por definición previsiones que hay que ir modificando.

En su segundo turno, la portavoz socialista criticó, entre otras cosas, que el Ayuntamiento cobre por casarse los sábados; el de IU que las agencias de calificación han valorado al alza la deuda municipal porque saben que sus responsables “están entregaditos” a pagar y que el PP hace políticas procíclicas y añade “más depresión a la depresión”; y el de UPyD que “pagamos más por menos” y que los contratos integrales constriñen a los gobiernos municipales que ganen en las próximas elecciones.

Los tres grupos de la oposición se aprobaron mutuamente sus enmiendas a la totalidad, que fueron rechazadas por la mayoría popular, y seguidamente presentaron sus enmiendas parciales. Dancausa anunció que el Grupo Popular rechazaría todas las de todos ellos.