En la presentación de su libro y respondiendo a preguntas de los asistentes, atribuyó a “la cocina” que con esos datos de voto directo la estimación indique después una distancia de 7,2 puntos a favor del PP.

Subrayó que el CIS “suele ser serio” en sus trabajos y los ajustes que traducen el voto directo en estimación “normalmente se han hecho bien”. Pero, “¿se están haciendo bien ahora, con los cambios que se están produciendo? Tengo dudas”, añadió.

Explicó que su duda nada tiene que ver con la profesionalidad de quienes trabajan en el CIS sino con el hecho de que el recuerdo de voto se esté tratando ahora igual que hace diez años, porque ahora el PP ha caído más que ningún otro partido y mucha gente “no quiere recordar que votó al PP”.

Tratar ese recuerdo de voto, como mecanismo de corrección del voto directo, igual que se hacía hace años en circunstancias distintas, sentenció, comporta “un enorme riesgo”.