La denominada ‘operación Nogales’ comenzó a principios de mayo, tras la denuncia de una serie de robos registrados en Nerja y Benahavís (Málaga), en domicilios ocupados principalmente por turistas extranjeros.

Según informó este jueves la Guardia Civil, los agentes establecieron un dispositivo al localizar en Torremolinos (Málaga) un vehículo cuyo copiloto coincidía con la descripción aportada por las víctimas y testigos de los robos en las entrevistas efectuadas.

Asimismo, se supo que la citada localidad malagueña era la base de operaciones de la organización, desde donde los delincuentes partían hacia los domicilios objeto de sus robos utilizando los coches particulares de los integrantes de la red.

Para la ejecución de los asaltos, los detenidos realizaban un estudio minucioso de las medidas de seguridad de las viviendas, seleccionando aquellas que se quedaban vacías en las horas centrales del día, cuando los moradores acudían a la playa, a la piscina o a restaurantes para comer.

Los delincuentes actuaban por parejas. Uno de ellos permanecía vigilando en el interior del vehículo las proximidades de la vivienda, mientras que el jefe de la operación se encargaba de acceder al domicilio.

Cuando la organización se había hecho con el botín, entregaba los objetos requisados a otros dos cómplices receptores, uno de Torremolinos y otro de Manilva.