Pleno Congreso. Rajoy sobre Bárcenas: “Me equivoqué al mantener la confianza en alguien que no la merecía”
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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aseguró este jueves ante el Pleno del Congreso de los Diputados, que se equivocó al mantener la confianza en Luis Bárcenas, y que ese es todo su “papel” en el caso por el que está imputado el extesorero del PP.
“Los hechos se resumen en dos palabras. Me equivoqué. Lo lamento, pero así fue. Me equivoqué al mantener la confianza en alguien que ahora sabemos que no la merecía”, dijo Rajoy ante el Pleno del Congreso, reunido en el Senado por las obras en el hemiciclo de la Cámara Baja.
Se remontó a principios de 2009, cuando el entonces tesorero fue imputado por el caso `Gürtel´, cuando el juez Baltasar Garzón le acusó de haber cobrado comisiones ilegales en una operación “acompañada de una cacería”, recordó, en la que participaron, entre otros, el instructor del caso y el que era ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, “que tuvo que presentar la dimisión por este episodio”.
Fue antes de varios procesos electorales y había “elementos dudosos”, y en esa misma época el que hoy es ministro de Industria había experimentado una “injustificada persecución” por acusaciones que se demostraron “totalmente falsas”.
En ese escenario, “creí en la inocencia de aquella persona” como hubiera creído, aseguró, en la que “cualquier de ustedes” en circunstancias similares mientras los hechos no desvirtúen la presunción de inocencia.
En julio de 2011 el Tribunal Superior de Justicia de Madrid archivó la causa contra Bárcenas, en octubre de ese año ratificó esa decisión, y después de varios recursos la causa volvió a la Audiencia Nacional y el instructor decidió en marzo de 2012 reabrirla.
Subrayó por ello que con el gobieron anterior se archivó la causa, y con el suyo se volvió a imputar a Bárcenas, sin que haya “prueba mayor de que la Justicia ha actuado en este caso sin interferencia alguna del poder político”.
Reconoció que dio “crédito” a Bárcenas porque era “una persona de confianza en el partido”, tesorero durante apenas un año pero con responsabilidades “importantes” como gerente desde muchos años antes. “Carecía de razones para dudar de su inocencia”, reiteró, y le apoyó como a cualquiera “que sufriera una persecución que yo creyera injusta”. Lo hizo, añadió, hasta que cuatro años después de iniciarse la investigación los datos confirmaron la existencia de cuentas millonarias no declaradas a nombre de Bárcenas.
Eso, aseguró, era una “manifiesta deslealtad” con el partido que le había encomendado sus cuentas, que le había confiado en él y que había defendido su inocencia, además de un “hecho ilegal que no admitía dudas” porque fue confirmado por el juez y el imputado no pudo negarlo.
“Ese ha sido todo mi papel en esta historia”, aseguró, “me equivoqué al confiar en una persona inadecuada”. “Cometí el error de creer a un falso inocente, pero no el delito de encubrir a un presunto culpable”.
“Me engañó”, llegó a decir, algo “muy fácil” porque “no condeno a nadie de manera preventiva” y cuando algún colaborador está inmerso en dificultades políticas o personales ofrece su apoyo y solidaridad, y eso seguirá siendo así aunque “una persona haya fallado”.
A partir de ahí, relató, Bárcenas entendió que su mejor estrategia era “atacar” al PP, y subrayó que al acusado se le permite “mentir en defensa propia, esconder la verdad, negar los hechos, fantasear, transferir la culpa a otros, rodearse de circunloquios, inventar excusas, pretextos y justificaciones, incluso cambiar de versión cuantas veces quiera”, y eso es lo que está haciendo.
Rajoy reiteró que ignora los motivos por los que Bárcenas ha elegido esa estrategia pero sus acusaciones “son falsas”, como también “sus medidas verdades y las interpretaciones de la media docena de verdades que emplea como cobertura de sus falsedades”.
En el PP, afirmó, “ni se ha llevado una doble contabilidad ni se oculta ningún delito”. Reconoció que se han pagado “sueldos”, “remuneraciones complementarias por razón del cargo” y “anticipos a justificar por gastos inherentes al desempeño del cargo” y añadió “como en todas partes”. “Se ha pagado un trabajo, se ha pagado en blanco y se ha incluido en la contabilidad”.
Sin embargo, añadió, declarar esos ingresos a Hacienda “es una responsabilidad individual” y de eso ni Bárcenas ni nadie que no sea la administración tributaria “sabe nada”.
En su caso, reiteró que siempre ha declarado todos sus ingresos y que sus declaraciones de la renta y de patrimonio de los últimos diez años están “a la vista de todo el mundo” y tienen “más valor que un renglón escrito al vuelo en un papel arrugado”.
“Si todo lo que aparece en los papeles del señor Bárcenas tiene la misma consistencia que en lo que a mí se refiere, estamos ante una asombrosa e imaginativa colección de falsedades, como el tiempo y la justicia demostrarán”, apostilló.
SOLO "HECHOS CIERTOS"
Rajoy insistió en que solo cabe dejar trabajar a los jueces, y recuperó varias citas del secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, para defender que el Parlamento no es una “comisaría” y que la responsabilidad política hay que reclamarla por hechos “que se demuestre que han existido, por hechos que resulten ciertos”.
En este caso, afirmó, el único hecho cierto es el dinero que ha aparecido en cuentas suizas a nombre de Bárcenas, y que desde hace cuatro años no es tesorero del PP y desde más de tres “no ostenta ninguna representación política”, y eso es lo que se quiere “disimular poniendo el foco en la financiación del Partido Popular”.
A partir de ahí, juzgó “razonable” dejar que trabajen los tribunales convencido de que cuando acaben “ni a mí, ni a mi partido se nos podrá atribuir ninguna actividad ilícita”.
Rajoy denunció las “ayudas valiosísimas” que Bárcenas ha recibido de quienes han “jaleado” sus acusaciones, dado por bueno todo lo publicado e ignorado los desmentidos, por parte, entre otros, de quienes “ven delitos con la misma facilidad con que antes veían brotes verdes”, entre otras razones porque temen no tener “tiempo político” suficiente para esperar a la sentencia de los tribunales.
Dirigiéndose expresamente al PSOE, juzgó “torticera” la utilización de la moción de censura porque si cada vez que un presidente de gobierno socialista se hubiera negado a comparecer en el Parlamento se hubiera presentado una, habría habido más mociones de censura “que sesiones de control”.
No le inquieta esa posibilidad, aseguró, porque no saldría adelante y porque es una figura constitucional, aunque su uso esta vez por el PSOE sea “fraudulento”.
Criticó a continuación a los socialistas por “jugar” con una recuperación económica y una situación en España que “mejora” pero que aún es “delicada” y que está costando muchos esfuerzos a los españoles.
Acusó al PSOE de sembrar incertidumbres y sabotear la credibilidad de España, y se preguntó “qué cosa tan grande” espera Rubalcaba de esa actitud “a cambio de que regresemos a la ruina” causando a España “un daño gratuito por mero capricho”.
Insistió en que el Gobierno no alterará su agenda, que es Rubalcaba quien vive “pendiente” de Bárcenas y que el Estado de Derecho “no admite chantajes”.
Dejó claro también que no ha habido ni habrá “indicación, sugerencia o presión” alguna a la Justicia ni a ningún escalón administrativo relacionado con este caso, y que el PP no ha nehado nada que le haya reclamado el juez, ni ha cambiado a los responsables de la investigación ni se han escuchado “quejas” más allá de pedir que se resuelva “cuanto antes”.
Se mostró convencido de la necesidad de recuperar la confianza de los ciudadanos en la limpieza y honestidad de los representantes públicos, y desgranó las medidas tomadas por el Gobierno con ese objetivo.
Nada más comenzar su intervención, Rajoy aclaró que no pretendía hablar “de la generalidad de los procesos en curso” relacionados con casos de corrupción sino solo de “aquel que me toca más de cerca”, e incluso habló expresamente “del llamado caso Bárcenas”.
Aseguró que pretendía evitar entrar en el “estéril camino del tú más” y centrarse en aclarar “desmentidos y equívocos”, algo que considera que ya ha hecho en anteriores ocasiones, “otra cosa es que mis explicaciones no gusten”.
“Es imposible satisfacer a quienes dicen que mis explicaciones no coinciden con la verdad” porque parecen disfrutar ya “del privilegio de conocer la verdad” y demuestran con ello que no quieren información sino “la ratificación sin condiciones de sus propias ideas”.
En ese sentido, sin mencionar al PSOE, dejó claro que comparece para “frenar la erosión de la imagen de España que algunos cultivan” y para evitar daño a la credibilidad de España “y a sus posibilidades” de recuperación, pero no por ninguna otra razón, y menos porque le inquiete “la irreflexiva” amenaza de los socialistas de presentar una moción de
censura.
Aseguró que no se siente “amenazado ni chantajeado por nada que esté contemplado en la Constitución” y precisó que esa iniciativa incluso rozando el “fraude” de lo contemplado en la Carta Magna no hubiera servido necesariamente para obligarle a comparecer porque en su debate la figura imprescindible no es el presidente sino el candidato, y él podría incluso haberse ausentado. Por tanto, dijo a los socialistas, “evítense el ridículo” de decir que comparece “a rastras”.
A continuación, Rajoy desgranó datos económicos para defender que la situación de España, aunque no es buena aún, es “mejor” que meses atrás, “no goza todavía de buena salud, no está bien pero va mejor y debemos procurar que siga siendo así”.
(SERVIMEDIA)
01 Ago 2013
CLC