(Entrevista) Fundación Tomillo, treinta años trabajando para la integración laboral

- Entrevista con Carmen García de Andrés, presidenta de la Fundación Tomillo

MADRID
SERVIMEDIA

Carmen García de Andrés, presidenta de la Fundación Tomillo, entidad que lleva tres décadas luchando contra el fracaso escolar y ayudando a encontrar empleo, a través de la formación profesional, a los que más lo necesitan, habla en esta entrevista publicada por 'Perfiles' -revista que edita la ONCE y realiza Servimedia- de esa labor y de los efectos que está teniendo la crisis económica sobre ella.

¿Cómo surge la Fundación Tomillo y en que ámbitos trabaja?

La Fundación Tomillo nace en el año 1983, de la mano de los empresarios Javier Lantero y Manuel Fierros, que deciden destinar recursos y tiempo a tratar de combatir el problema del desempleo generando iniciativas para el autoempleo entre los jóvenes.

En los ochenta la situación era parecida a la actual, con unas tasas de paro muy elevadas. Al observar que muchos jóvenes se encontraban desempleados debido a falta de formación, la fundación empezó a desarrollar programas formativos adecuados y diseñados para las necesidades de la empresa. Hoy somos un centro reglado con concierto con la Consejería de Educación de la Comunidad de Madrid. Ofrecemos formación profesional gratuita de grado medio en materias administrativas e informáticas, y también PCPI, programas de cualificación profesional inicial dirigidos a jóvenes que han abandonado la secundaria obligatoria, que incluyen, además de las especialidades anteriores, hostelería, electricidad y atención a la dependencia, entre otras.

Celebraremos nuestro 30 aniversario coincidiendo con el curso escolar 2013-2014, ya que nuestra labor se centra en la formación para el empleo y la prevención del fracaso escolar, por eso el año lectivo es nuestra referencia.

¿Disponen de programas específicos para personas con discapacidad?

Desde hace 10 años impartimos cursos especializados de redes y lenguajes de programación Microsoft, ya que las empresas demandan profesionales cualificados en este ámbito. De ellos han salido alumnos con índices de colocación del cien por cien. Para ello contamos con un área de intermediación laboral que está en contacto con miles de empresas. Nuestro modelo de acompañamiento integral del candidato, desde la selección a la incorporación en la empresa, funciona muy bien para personas con discapacidad, sobre todo para las que necesitan ese tipo de refuerzos porque no han trabajado nunca. De hecho, hemos sido proveedores de esos cursos de informática para alumnos con discapacidad a través de Fundosa.

¿Cómo está afectando a su actividad la crisis económica?

Tenemos un porcentaje mayoritario de financiación púbica, y nos están afectando mucho los recortes. Ya llevábamos años trabajando en el desarrollo de la financiación privada, sobre todo de empresas y notamos que, a pesar de la crisis, las que pueden tienen una sensibilidad importante. También se ha incrementado el número de personas que llaman a nuestra puerta y hemos observado un cambio de perfil entre los que buscan ayuda. Antes eran mayoritariamente mujeres e inmigrantes, ahora hay cada vez más hombres, españoles y personas con niveles de cualificación más altos. A pesar de que nuestra labor no cubre necesidades básicas, hemos tenido que crear un fondo de emergencia para que los beneficiarios de nuestras actividades formativas no se vean obligados a abandonarlas por falta de recursos.

¿Qué supondrá para organizaciones como la suya la aprobación de la nueva Ley de Mecenazgo?

Desde la Asociación Española de Fundaciones, de la que somos parte, creemos que un marco fiscal más beneficioso del mecenazgo y el patrocinio, como el que ya tienen otros países, sería muy interesante en España. Además, eso tiene retorno, ya que el dinero que se deja de recaudar por un lado, genera grandes beneficios para la comunidad en su conjunto en términos de actividad e integración laboral, por ejemplo. De momento se ha creado una comisión parlamentaria para el estudio de la ley, esperemos que eso sea un impulso, a pesar de que estamos en un mal momento para medidas con un coste fiscal.

Su organización es una de las que participan en la campaña ‘Somos’, que resalta la aportación de los donantes privados a entidades sin ánimo de lucro. ¿Qué supone para ustedes esta iniciativa?

Para las organizaciones sin ánimo de lucro, presentarnos ante la sociedad de forma organizada y conjunta ofrece una buena percepción. Es una labor de siembra y los resultados esperamos verlos en un tiempo. Con ‘Somos’ queremos sensibilizar a la gente de que hay muchas entidades no lucrativas, pero no todas son iguales, cada una tiene su valor y manera de entender las necesidades sociales. Las hay que se ocupan de las más básicas, como los bancos de alimentos. Otras, como es nuestro caso, ayudan a la gente a pasar de una a otra orilla del río y seguir su camino, y también necesitamos de amigos, de gente que visualice que no es el Estado el que lo paga todo, que nosotros, como sociedad civil, debemos encontrar cauces para canalizar esa ayuda.

¿Qué opina de la propuesta que han hecho varias ONG para que la ONCE reciba el premio Príncipe de Asturias de la Concordia este año?

La ONCE es una organización extraordinaria, no puedo estar más de acuerdo con esa propuesta. No hay organizaciones que yo conozca que tengan un nivel de vínculo con sus asociados y las personas para las que trabajan como el que tiene la ONCE. A mí me parece un ejemplo, es el referente, y eso no es fácil, es el resultado del trabajo de muchos años.

(SERVIMEDIA)
16 Jun 2013
LVR/caa