Tras este encuentro, los profesionales determinaron que las principales amenazas que en la actualidad soporta la fisioterapia en el sector privado son el intrusismo y la competencia desleal, la falta de conocimiento y de reconocimiento social de la profesión por parte de la ciudadanía y distintos aspectos de índole económico y laboral, no vinculados, en su mayoría, con la actual situación económica del país.

Para Carlos Valiente, decano del Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid, entidad organizadora del encuentro, la mejora de la situación actual del fisioterapeuta pasa por "la unidad de acción, del compromiso de los fisioterapeutas para ejercer como tales evitando los abusos, y para reivindicar ante las autoridades competentes un marco legislativo adecuado”.

"Una de nuestras obligaciones como colegio profesional es velar por la salud de los pacientes y garantizar un buen servicio de fisioterapia", dijo Valiente. "Por eso, animamos a todo el que identifique un centro de dudosa profesionalidad a que lo denuncie a través de nuestra entidad".

Sin embargo, consideró necesaria "una mayor implicación del Ayuntamiento de Madrid y de la Consejería de Sanidad y Consumo en la concienciación de la población y la persecución del fraude para terminar definitivamente con el problema, ya que, según hemos constatado a través de distintas encuestas, el ciudadano muchas veces no sabe diferenciar las profesiones sanitarias reguladas de otras prácticas catalogadas como terapias alternativas, que no garantizan un control sanitario".

FALTA DE RECONOCIMIENTO Y PRECARIEDAD LABORAL

Otro de los problemas que sufre el colectivo, según el decano de la institución colegial, es la falta de reconocimiento social, también relacionada con el desconocimiento de la profesión. "Las distintas prestaciones que la Fisioterapia puede ofrecer, es decir, su utilidad social en términos de acelerar la recuperación posquirúrgica de los pacientes, propiciar una mayor calidad de vida al ciudadano y contribuir decisivamente a un menor gasto farmacéutico, necesitan seguir dándose a conocer para así establecer, de forma clara, los límites con otras profesiones”, manifestó Valiente.

Además, denunció la falta de representación que tienen los fisioterapeutas que trabajan por cuenta ajena en centros sanitarios y hospitales, a la hora de negociar el convenio colectivo. "Se trata de un convenio que presenta muchas generalizaciones, y los fisioterapeutas, al ser minoría, no tienen voz que exprese las necesidades propias de la profesión", lamentó.

Por otra parte, alertó del hecho de que haya empresarios contratantes, fisioterapeutas o no, que aprovechándose de la precariedad laboral y de la "penosa regulación legal existente", exigen al fisioterapeuta que trabaje como autónomo, pero dentro de las condiciones que establece el convenio. "En definitiva, se le impone una relación encubierta de tipo pseudolaboral, que además no es denunciable ante la Inspección de Trabajo o la jurisdicción social", explicó.

Al margen de estas cuestiones, Valiente recordó que pese a las acciones que desde el Colegio Profesional de Fisioterapeutas "hemos realizado en contra de la privatización de la gestión de seis hospitales públicos en Madrid, no estamos en contra de la sanidad privada, ya que esta desarrolla una importante labor a la hora de desmasificar la pública, sino de la privatización de lo público".