Según informó el Gobierno regional este sábado, se trata de tres centros específicos, con 67 plazas en total, para menores protegidos con discapacidad y graves dificultades para ser atendidos en recursos residenciales no especializados, que están situados en Berzosa de Lozoya, El Escorial y Getafe.

Además, se mantendrán las 90 plazas en los 12 hogares para niños privados del ambiente familiar en los que se les proporciona una atención y cuidado muy similar al que tendría dentro de su familia.

En el distrito de Vallecas y en el municipio de Fuenlabrada se encuentran los pisos tutelados de la Fundación Tomillo, en los que el Gobierno Regional va a garantizar 21 plazas. La convivencia en estas viviendas tiene como objetivo desarrollar la autonomía personal de los jóvenes de cara a su integración social como adultos. Las edades de los menores que los ocupan se encuentran normalmente entre los 15 y 18 años de edad.

Finalmente también se beneficiarán otras dos residencias infantiles, ocupadas por 69 menores de entre 3 y 18 años, situadas en Aranjuez y en Madrid.

En estos centros residen menores con características y necesidades de diversos tipos que requieren ser atendidas de manera específica. De ahí, explica el Gobierno madrileño, la importancia de la garantía de este servicio que incluye, entre otras tareas, gestión de la compra de alimentos, acompañamiento o atención y cuidado de los menores en las actividades cotidianas.

4.600 MENORES TUTELADOS

En la Comunidad de Madrid existen cerca de 90 residencias infantiles y centros residenciales para niños y jóvenes que se encuentran bajo la protección del Gobierno regional. Una red que se caracteriza por la especialización de los recursos de acuerdo a las necesidades de los chicos que por diversas circunstancias se encuentran bajo la tutela de la Administración regional, que les ofrece una atención integral para su desarrollo personal y educativo.

El Ejecutivo regional, a través del Instituto Madrileño de la Familia y el Menor, mantiene tutelados a 4.600 menores, la mayoría (un 62%) conviven con familias madrileñas de acogida, el resto (un 38%) viven en los hogares y residencias infantiles que existen en la región.