Cuenta atrás para abandonar las bases avanzadas de Ludina y Moqur

MADRID
SERVIMEDIA

Las fuerzas españolas en Afganistán abandonarán en cuestión de meses las bases avanzadas de combate situadas en Ludina y Moqur, al norte de la provincia de Badghis y donde en la actualidad viven cerca de 500 militares. La base de Ludina será entregada a las autoridades afganas en los primeros meses de 2013, mientras que la posición de Moqur será transferida en el segundo trimestre del año.

Se inicia por tanto la cuenta atrás en estas dos bases estratégicas, que representan la punta de lanza del potencial militar español en el país asiático. El traspaso de las dos bases se enmarca dentro del proceso de repliegue iniciado este mes de noviembre con una reducción inicial del 10 por ciento de las tropas españolas en Afganistán, una disminución de efectivos que se ha realizado en el relevo entre la Brigada Paracaidista y la Brigada Ligera Aéreo transportable (Brilat).

A pesar de ser unos puestos muchos más peligrosos que el 'fortín' español situado en Qala-i-Naw, la capital de Badghis, y que la base-aeropuerto de Herat, muchos militares reconocen que prefieren ser destinados a Ludina o Moqur. “Hay más actividad, la rutina es mucho más llevadera que en la base de Qala-i-Naw”, reconoce a Servimedia un sargento destinado en Moqur, al norte de Badghis y situada sobre las obras de la ‘Ring Road’, con la que se pretende circunvalar todo Afganistán.

Y es que la actividad en las bases avanzadas de combate es mucho más activa que en las demás posiciones españolas. Se realizan numerosas patrullas, tanto a pie como en vehículos blindados, para garantizar la seguridad de la zona y hacer frente a la amenaza de los talibanes.

En contrapartida, los militares de estas bases tienen que soportar un mayor hostigamiento por parte de la insurgencia y los enfrentamientos son más habituales, especialmente en la base de Ludina, rodeada por aldeas de etnia pastún relativamente pro-insurgentes.

El capitán Jesús García del Castillo, que fue hasta hace unos días el jefe de la base de Ludina, explicó que en los últimos seis meses no ha habido ningún ataque contra la posición española. “Los insurgentes son valientes pero no temerarios”, señala. Aun así, en los alrededores de la base en Ludina sí que se han producido enfrentamientos, como en el que resultó herido de bala el pasado 29 de agosto el legionario paracaidista Jesús Fraile Fernández.

En Moqur también ha habido incidentes. El pasado 10 de noviembre un teniente español del equipo de instrucción resultó herido leve después de que tres hombres vestidos con el uniforme del Ejército afgano atacasen un cuartel de las tropas del país asiático contiguo a la base española.

BASE DE PATRULLA

Además de Ludina y Moqur, España abandonará en los primeros meses de 2013 la pequeña base de patrulla estrenada en octubre pasado y con la que se da seguridad a las obras de la Ruta Lithium, con la que se pretende vertebrar el noroeste de la provincia de Badghis y uno de los objetivos habituales de los talibanes. En la base, situada a unos 18 kilómetros al norte de la posición de Ludina, viven unos 50 militares españoles que se relevan cada cuatro días.

Está fortificada con bloques y está situada en lo alto de una colina desde la que se dominan los alrededores. Los efectivos destinados en la posición salen todos los días de patrulla para dar seguridad a las obras.

Uno de los militares que fue destinado en esta base de patrulla explicó a Servimedia que la posición fue atacada recientemente con cohetes de fabricación china. Ante esta amenaza, el militar señaló que no dejan que nadie se acerque a menos de dos kilómetros y medio de la base. Para evitar estos aproximamientos, se realizan disparos de advertencia.

Ante la llegada del invierno, especialmente rudo en Afganistán, la pequeña posición ha sido equipada con “comodidades” tales como un retrete. Su equipamiento es por lo tanto muy diferente que la de la anterior base de patrulla desde la que las tropas españolas vigilaban las obras, situadas en unos kilómetros al sur, que tan solo tenía capacidad para unos pocos militares y donde las necesidades biológicas se tenían que depositar en una zanja.

OPCIONES DE OCIO

Las bases avanzadas de Ludina y Moqur ofrecen ciertas opciones de ocio para los militares. En las dos posiciones existe un gimnasio con elementos de musculación, cintas para correr y bicicletas estáticas. En ambas se han habilitado unas pequeñas canchas para jugar al fútbol y al baloncesto.

En Ludina se ha construido además una rudimentaria pista de atletismo de unos 850 metros que circunvala por dentro la base. Pero la estrella de Moqur, una base construida sobre un fortín británico del siglo XIX, es un insólito futbolín.

Los militares de las bases avanzadas tienen menos comodidades. Viven en grandes tiendas de campaña con capacidad para unas diez personas y las duchas y retretes están instalados en barracones prefabricados. A diferencias de las bases de Herat y Qala-i-Naw, donde las cantinas son gestionadas por una empresa de ‘catering’, en Ludina y Moqur la comida se realiza a base de raciones militares.

Otro de los elementos de ocio en las dos bases avanzadas de combate es la televisión, que en ambos casos se encuentra instalada en el comedor. Pero el satélite tiene sus caprichos. Lo mismo emite una telenovela polaca como “anima” a la tropa con un discurso en el Congreso del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

LOGÍSTICA Y AVITUALLAMIENTO

La logística en estas bases es también más complicada que en las demás posiciones españolas. En Ludina, por ejemplo, dependen del convoy logístico que les llega por tierra cada ocho o diez días. La energía, que racionan con una estricta política de ahorro, la obtienen de tres generadores y el agua, un bien escaso en estas latitudes, la recogen con camiones de un río cercano y la almacenan en unos aljibes.

Uno de los mayores anhelos de los militares de Ludina y Moqur es la cerveza, que no pueden consumir en las bases avanzadas por cuestiones logísticas pero también por una política restrictiva en el consumo de alcohol. En Qala-i-Naw, sin embargo, los militares sí que pueden disfrutar de una refrescante cerveza. Este es uno de los motivos por los que los efectivos desplegados en las bases avanzadas de combate se refieran jocosamente al fortín español como ‘Qalina D’Or’.

Aun así, el comandante Alberto Fajardo, de la base de Moqur, asegura que en las bases avanzadas “la moral es insuperable”. “La gente prefiere estar en estas bases, es donde se vive de verdad la milicia y donde los valores militares están en alza”, asegura.

(SERVIMEDIA)
08 Dic 2012
DCD/caa/gja