Las preguntas de los periodistas obligaron a los dos mandatarios,que comparecieron conjuntamente tras reunirse en La Moncloa, a pronunciarse sobre una divergencia de planteamientos que quedó de manifiesto en la Cumbre Iberoamericana que se celebró en Cádiz los pasados viernes y sábado. Rousseff, como otros dirigentes iberoamericanos, resaltó que la austeridad no es suficiente y que se ha de impulsar el crecimiento.

En la rueda de prensa volvió a defender esta posición recordando que las políticas restrictivas que impuso el FMI a todo el continente hace dos décadas hicieron que éste las perdiera, y sólo tras compatibilizar rigor en el gasto con estímulos al crecimiento países como Brasil comenzaron a salir de la crisis.

No obstante, Rousseff afirmó que ambos tipos de medida les parecen complementarios y no quiso reconocer ninguna divergencia explícita con Rajoy. Éste dijo que los temas tratados en la reunión habían sido de la agenda bilateral, como la posible participación de empresas españolas en proyectos de infraestructuras en Brasil.

El presidente del Gobierno insistió en su posición de que lo primero es reducir el déficit para que los mercados confíen en España y permitan que ésta se financie a unos tipos de interés razonable. Defendió también sus reformas estructurales y aseguró que "lo peor ha pasado", que en 2013 se decrecerá algo menos del 1,7% previsto y que en 2014 habrá crecimiento. Todo ello aunque, avisó, "todavía queden momentos muy duros".