A su llegada a la XXII Cumbre Iberoamericana que este fin de semana se celebra en Cádiz, Correa declaró ante un grupo de periodistas que la paralización de los desahucios durante dos años para los casos de extrema gravedad constituye "una buena noticia" pero no se quedó contento.

Correa se había reunido dos horas antes con el rey Juan Carlos y con el presidente Mariano Rajoy, quien le había explicado el real decreto contra los desahucios para tratar de tranquilizar a la población ecuatoriana en España que se ve afectada.

"Es un paso, es un avance", dijo. "Creemos que no es suficiente. Somos respetuosos con el Gobierno español, consideramos altamente sus esfuerzos pero el problema todavía sigue siendo muy grave".

Correa recalcó que no se debería admitir "como normal cosas que son comunes pero deberían ser intolerables", como a su juicio sucede con la "absoluta supremacia del capital financiero sobre los seres humanos".

El presidente de Ecuador reconoció que Rajoy le había recibido "con mucha deferencia y gentileza" pero subrayó que sus conciudadanos ecuatorianos que viven en España se enfrentan a "lo más grave", que son los desahucios.