Así de tajante se mostró en la rueda de prensa posterior al encuentro que mantuvieron los ministros de Exteriores de los países que participan en la Cumbre Iberoamericana de Cádiz. Margallo partió de que "en circunstancias normales" las deudas hipotecarias han de saldarse, porque si no no se concederían hipotecas.

No obstante, puntualizó, no estamos en una circunstancia normal sino excepcional, que por ejemplo ha llevado a los gobiernos a rescatar con dinero público a sus bancos, porque sin éstos no puede fluir el crédito. De la misma forma, razonó, estamos en una situación excepcional que aconseja la moratoria de dos años para ciertos desahucios de familias en apuros que aprobó ayer el Consejo de Ministros.

Margallo responsabilizó de la crisis a la debilidad en la regulación y la supervisión financiera, y a la "exuberancia irracional" de la concesión de préstamos por los bancos, según el término acuñado por el expresidente de la Reserva Federal de EEUU Alan Greenspan.

En ese sentido, justificó tácitamente que ahora el Gobierno haya aprobado la citada moratoria y estudie crear un parque de viviendas sociales donde realojar a los desahuciados. "Celebro que nos hayamos puesto en el camino de la solución", concluyó sobre un tema que, apuntó, también ha tratado con sus homólogos en la Cumbre Iberoamericana.