A la cumbre asistirán representaciones al más alto nivel de España, Portugal y todos los países iberoamericanos, con la excepción de Paraguay, anfitrión de la cumbre del año pasado pero que ya ha anunciado su ausencia tras la escasa acogida que ha tenido el Gobierno que surgió tras deponer el Senado el anterior presidente, Fernando Lugo.

La mayoría de los países enviarán a sus jefes de Estado o Gobierno, pero no está confirmado que todos lo hagan. El Gobierno argentino confirmó el pasado viernes que no acudirá su presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, alegando su problema de hipotensión crónica. Los presidentes de Venezuela y Cuba, Hugo Chávez y Raúl Castro, tampoco han confirmado su asistencia y se da por hecho que no asistirán.

Tienen calidad de observadores permanentes de las cumbres Italia, Francia, Holanda, Bélgica, Marruecos, Filipinas y, en la edición de este año, Haití. En su día se rechazó otorgar tal condición a Guinea Ecuatorial, y este país no lo ha vuelto a solicitar. También se ha invitado al evento a expertos constitucionalistas de los movimientos democráticos del norte de África.

Como prefacio a la Cumbre, el miércoles 14 tendrá lugar el Foro Iberoamericano de Comunicación, al que asistirá el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación español, José Manuel García-Margallo, y habrá encuentros multilaterales a nivel de directores generales.

Para el 15 está prevista la llegada de los primeros jefes de Estado y de Gobierno, en tanto que otros aterrizarán el viernes 16. La mañana de este último día se reunirán los ministros de Asuntos Exteriores.

Por la tarde, los jefes de Estado y de Gobierno visitarán el Oratorio de San Felipe Neri de la capital gaditana, donde se reunieron las Cortes de Cádiz y se discutió y aprobó la Constitución de 1812, 'La Pepa'. La inauguración oficial de la Cumbre tendrá lugar a las 18.00 horas en el Teatro Falla. El rey Juan Carlos ofrecerá a los jefes de Estado y Gobierno una cena en el Parador Nacional de Cádiz.

EL GRAN DÍA

El sábado 17 se celebrarán la mayor parte de los encuentros de la Cumbre, que se iniciarán con un desayuno de trabajo y con la primera sesión plenaria por la mañana, dos almuerzos paralelos del Rey y los jefes de Estado y de Gobierno, por un lado, y los ministros de Asuntos Exteriores, por otro, y la segunda sesión plenaria y la clausura, por la tarde.

Tras ésta última el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy; el de Panamá en tanto que anfitriona de la cumbre del año que viene, Ricardo Martinelli, y el secretario general Iberoamericano, Enrique V. Iglesias, comparecerán conjuntamente ante los medios de comunicación.

En la actualidad, las cumbres iberoamericanas, que se iniciaron en 1992, se celebran anualmente, pero se va a plantear su cambio a una periodicidad bianual, de tal forma que un año tenga lugar este acontecimiento y al siguiente la Cumbre Unión Europea-América Latina y Caribe.

Este año, el contenido de la cumbre estará dominado por la crisis económica mundial, de la que América Latina ha salido mucho mejor parada que España y Portugal.

Precisamente por este motivo, el Gobierno español ha querido plantear esta cumbre como la de una renovación de la relación iberoamericana pero ahora "de igual a igual", puesto que la correlación de fuerzas entre España y sus antiguas colonias ya no es la misma que en 1992, cuando América Latina padecía frecuentes crisis económicas y políticas.

Según explicó esta semana Enrique V. Iglesias a los medios, los países iberoamericanos tienen que coordinar mucho más sus posiciones en el G-20 y el FMI y frente a las tendencias proteccionistas que afloran en toda crisis. También se explorarán posibles terrenos donde incrementar la cooperación económica.

Un papel especialmente controvertido puede tener este año la seguridad jurídica para las empresas, en un año en el que han coincidido la nacionalización de YPF en Argentina y la de la filial de Red Eléctrica en Bolivia. Según el secretario general Iberoamericano, en esta cumbre podrían darse avances en un sistema de arbitrajes para las pymes y se aprobará una Carta de Transparencia.