Así lo ha solicitado López de Uralde a través de una iniciativa parlamentaria registrada en el Congreso, en la que señala que “la ganadería industrial está generando multitud de conflictos en todo el territorio estatal a raíz de su avance en los últimos años”.

“Prácticamente en todas las comunidades autónomas se han formado plataformas vecinales que se oponen a este modelo ganadero de macrogranjas que genera despoblación, contaminación de aguas, cambio climático y graves problemas de salud pública”, apunta, antes de añadir que este “problema” se está “generalizando” en varias comunidades autónomas.

López de Uralde recalca que “este tipo de instalaciones industriales afectan directamente a los recursos hídricos, tanto por la demanda diaria del mismo como por su posible contaminación debido a la actividad”.

“Hay numerosos estudios que certifican la contaminación irreversible de todos los acuíferos de las zonas donde están situadas las macrogranjas y de las tierras donde son vertidos los purines. Una vez contaminado el acuífero, esa agua no puede ser usada ni siquiera para uso sanitario debido a los componentes cancerígenos que porta el agua. Y ante esa circunstancia es imposible vivir en esos pueblos, por lo que el problema de la España Vaciada se hará más palpable. La contaminación de los acuíferos está provocando el desabastecimiento de agua potable en miles de municipios en toda España”, explica.

Para López de Uralde”, en los últimos días, desde el Ministerio de Consumo se ha manifestado, además, la problemática de estas instalaciones en relación a la calidad de la carne, así como su impacto sobre la crisis climática”. El diputado considera “evidente” que las macrogranjas suponen “un enorme impacto en la contaminación del agua y del aire”.

“Llevamos días metidos en una polémica artificial, creada interesadamente por la derecha, por algo que ha dicho el Ministro de Consumo que es una verdad basada en la evidencia científica”, señala López de Uralde, quien añade: “Las macrogranjas no sólo tienen un alto coste en términos de empleo, ya que se están cerrando pequeñas y medianas instalaciones, sino que tienen un grandísimo impacto medioambiental”.

“Por eso, nos gustaría que desde el Ministerio para la Transición Ecológica se apoyara lo que estamos señalando porque está basado en las propias estrategias del Gobierno y es coherente con lo que ya están haciendo otros países de nuestro entorno”, concluye, en alusión a Alemania y Países Bajos, cuyos gobiernos han manifestado su intención de reducir el impacto de las grandes granjas porcinas.