Anguita cree que, con la caída del Muro, los trabajadores perdieron una referencia que "embridaba al capital"

- Minimiza la importancia de Gorbachov y su perestroika, que "no pasó de ser un enunciado"

MADRID
SERVIMEDIA

El ex secretario general del PCE y ex coordinador general de IU, Julio Anguita, estima que la caída del Muro de Berlín, "en la medida en que supuso un símbolo de pérdida de libertad tal como la entendemos aquí, estuvo bien", pero que también "ha sido mala para los trabajadores de Occidente, porque perdieron una referencia que, aunque bastante mitificada, embridaba un tanto al capital".

Anguita hizo a Servimedia esta doble valoración con motivo del 20 aniversario de la caída del Muro, que se cumple mañana lunes. Además, minimizó rotundamente la importancia que se ha venido otorgando al ex presidente soviético y Premio Nobel de la Paz Mijail Gorbachov en el proceso que condujo a la caída de los regímenes comunistas en Europa del Este.

En concreto, el ex secretario general del PCE testificó: "Yo estuve en la Unión Soviética en aquellos años y allí no se discutía la perestroika. Aunque contuviera "conceptos interesantísimos", éstos "fueron muy popularizados en Occidente, no en los pueblos ni los partidos comunistas del este". Para colmo, Gorbachov "hablaba de socialismo pero fue yendo hacia otras posiciones. Que se hiciera fotos con Kohl y con Bush padre demuestra un poco el naufragio ideológico de este señor", opina Anguita.

En suma, para el ex dirigente comunista español "la perestroika fue el gran éxito mediático y político de Gorbachov, pero no pasó de ser un enunciado y de determinadas y tibias medidas dentro de la URSS. El aparato del partido y sus intereses pudieron más". Finalmente, le criticó: "Gorbachov dio un gran protagonismo a un impresentable como Yeltsin, con una ejecutoria de gobierno posterior que rayó en el disparate".

En opinión del ex secretario general del PCE, el comunismo desapareció de la Europa del este porque "estos partidos habían perdido todo contacto con la realidad , se habían ido degradando hacia una cosa muy rígida y no supieron responder a determinados retos".

COMUNISMO ABIERTO

Anguita también se mostró escéptico sobre la idea de un comunismo "abierto". "El comunismo es comunismo", aseveró. "Ha de ser democrático y participativo, cambiar los análisis, ir adecuándose a la realidad y dar participación y libertad total". Pero, "si lo de comunismo abierto significa abrirse a determinados conceptos económicos del capitalismo", prosiguió "eso no es comunismo".

Sobre una posible apertura mediática que calificó de "irrelevante", el ex líder de IU repuso: "Abrirse a nivel mediático es lo último que hay que hacer. Hay que abrirse a la sociedad y no hay que hacer política para los medios de comunicación. En eso discrepo de la filosofía social al uso. Hay que abrirse a los trabajadores, que la sociedad participe, que la gente decida, que se llegue a la autogestión o la cogestión".

Anguita dio una vuelta de tuerca a la pregunta de si el mundo volverá a vivir una experiencia comunista: "El comunismo es una idea que tenemos bastante gente, que es variable en la medida que la realidad va cambiando pero que nos mueve a actuar y a negar la actualidad presente. Para mí, ser comunista es negar la realidad presente y trabajar para crear otra alternativa, es lo que es desde Marx y el 'Manifiesto comunista'".

Sobre la actual crisis de la alternativa que quedó tras 1989, el ex líder del PCE piensa que "el sistema está llegando a sus contradicciones". En su opinión, "hay una crisis económca, financiera, energética, medioambiental, energetica y política, porque el mundo se ha globalizado económicamente pero no políticamente, y ahora con la cumbre de Copenhague veremos que el mundo necesita un cambio urgente, porque estamos en una crisis de civilización".

Ahora bien, "eso no se hace con un golpe de Estado, que sería imposible, inviable y no sería correcto", advirtió Anguita. "Se hace con un cambio de mentalidad y una participacion política de la gente que va asumiendo su parte de responsabilidad; eso es la revolución en el fondo, la toma del poder social, la concienciación en unos valores alternativos". Pero, lamentó, "la inmensa mayoría de la gente que se sitúa en la izquierda hoy no está por la labor". Y, sin esa "elaboración de pensamiento alternativo", concluyó, " las movilizaciones son exhibiciones en la calle" y "pura cohetería".

(SERVIMEDIA)
09 Nov 2009
KRT/lmb