Tribunales

La Fiscalía pide 130 años de cárcel para el presunto asesino de Marta Calvo y otras dos mujeres

MADRID
SERVIMEDIA

La Fiscalía de Valencia pide para Jorge Ignacio P. J. un total de 130 años de prisión por los asesinatos de Marta Calvo, Lady Marcela Vargas y Arliene Ramos y por los intentos homicidas de este presunto asesino en serie perpetrados contra otras ocho mujeres que lograron sobrevivir.

El hombre se citaba con mujeres para encuentros sexuales y durante las citas introducía cocaína en sus genitales, provocándoles la muerte. En los casos de Vargas y Ramos la fiscal defenderá en el juicio que Jorge Ignacio abusó sexualmente de ellas para matarlas. Y por cada una de las víctimas mortales solicita 15 años de prisión.

Entre la muerte de sus dos primera víctimas y la de Marta Calvo, que acabó con su detención, perpetró un rosario de agresiones que al menos sufrieron otras ocho mujeres en la provincia de Valencia, por lo que el ministerio solicita 10 años de cárcel en cada caso. A estos delitos hay que añadir otro contra la salud pública por la tenencia de grandes cantidades de cocaína.

Por su parte, las acusaciones particulares piden para él prisión permanente revisable. La fiscal incluye en su petición de pena la agravante de género que también contempla el resto de las partes personadas.

En concepto de responsabilidad civil, la fiscal pide una indemnización de 50.000 euros a seis de sus las víctimas por daño moral; además de 50.000 euros para la familia de Arliene y 90.000 euros para cada una de las hijas menores de edad de Lady Marcela, así como las costas procesales.

Según el relato de los hechos que hace la Fiscalía, contrataba a “mujeres vulnerables” para mantener relaciones sexuales a cambio de dinero y les exigía realizar “fiesta blanca”, es decir, combinar las relaciones con consumo de estupefacientes. Les imponía permanecer desnudas para “introducirles de forma sorpresiva y sin consentimiento cantidades importantes de cocaína de gran pureza en la vagina”.

Con ello se aseguraba la “no resistencia” y anulaba su capacidad cognitiva. A veces les administraba otras sustancias en una copa a escondidas. La sobredosis de cocaína provocaba a las víctimas taquicardias, convulsiones, semiinconsciencia e inconsciencia hasta llegar a la muerte. Y en todo este proceso, dice la Fiscalía, el acusado disfrutaba "viéndolas agonizar”.

(SERVIMEDIA)
27 Dic 2021
SGR/mjg