Tal y como explicó Sandra Poudevida, psicóloga clínica y psicoterapeuta de la Fundación, "debemos tener en cuenta que las rutinas son muy positivas para las personas con Alzheimer, sin grandes cambios, ruidos ni movimientos en su vida diaria, hecho que convierte a las fiestas de Navidad en unas fechas a menudo complicadas para familiares cuidadores que deben saberse gestionar”.

Desde la Fundación, recordaron que por encima de todo debe prevalecer la salud de las personas, especialmente de aquellos colectivos más vulnerables como son las personas mayores y, en particular, de las que padecen algún tipo de demencia. La responsabilidad individual y colectiva son fundamentales para evitar la propagación de la Covid-19, así que desde la Fundación Pasqual Maragall se recomendó evaluar los riesgos y beneficios, establecer medidas básicas para prevenir contagios y abrir la mente para aceptar una situación diferente.

En la fase leve de la enfermedad de Alzheimer, viajar no acostumbra a comportar grandes inconvenientes. Pero a partir de la fase moderada, ya no es muy recomendable, ya que los cambios bruscos de rutinas pueden generar confusión y desorientación para la persona afectada. Por ello, si se viaja, se deben mantener las rutinas, facilitar el proceso de adaptación al nuevo entorno e implantar sistemas de geolocalización.

Para las celebraciones en familia, desde la Fundación explican que es importante informar a los asistentes sobre el estado actual de la persona con Alzheimer, descargar a la persona que cuida, implicar a los niños para que se relacionen con la máxima naturalidad, hacer partícipe a la persona con enferma y adecuar un espacio de descanso.

Por decisión propia o por circunstancias personales o familiares es posible que el cuidador deba pasar las fiestas únicamente acompañado por la persona con Alzheimer. En estos casos se aconseja hacerla partícipe de los preparativos, disfrutar juntos de la Navidad y después volver a la rutina y al restablecimiento del orden en casa para ayudarla a reubicarse.

Si no podemos reunirnos con la persona con Alzheimer, las nuevas tecnologías son la mejor forma de celebrar las fiestas, especialmente por videollamada. En estos determinados casos es importante preparar a la persona con tiempo para que esté habituada a este formato, limitar el tiempo de videollamada y turnos de palabra.