Durante una jornada del Instituto Cántabro de Seguridad y Salud en el Trabajo, García de la Torre recordó que, en la actualidad, la desconexión digital se encuentra regulada solamente en la Ley de Protección de Datos y en la Ley de Trabajo a Distancia.

“Los nuevos empleos y la forma de organizar los mismos derivados de la digitalización y las nuevas tecnologías han supuesto la irrupción de nuevos factores de riesgo, especialmente de tipo psicosocial, por lo que surge la necesidad de gestionar correctamente estos riesgos, derivados sobre todo del aislamiento laboral y la difuminación de los límites de la vida personal y laboral”, apuntó la secretaria de Salud Laboral de UGT.

Esta experta apostó por acordar medidas negociadas entre empresa y trabajadores, como la reserva de un tiempo libre de nuevas tecnologías, revalorizar las relaciones interpersonales o describir las funciones y tareas relacionadas con las nuevas tecnologías de cada puesto de trabajo para que sea más fácil gestionar la prevención de sus riesgos.

LIBERTAD PARA AUTOEXPLOTARSE

Con respecto a la conciliación laboral y personal, afirmó que “la autogestión del tiempo de trabajo es un tema delicado, pues también encierra una trampa”, ya que “abre la libertad para autoexplotarse”. A su juicio, la imposibilidad de desconectar y el aislamiento “puede generar una presión extra sobre los trabajadores en su tiempo libre”.

Durante su intervención, la secretaria de Salud Laboral de UGT destacó que están “en plenas negociaciones de la próxima Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo 2022-2027” y que desde su sindicato se han propuesto medidas para abordar la prevención de riesgos laborales en relación con las nuevas formas de organización del trabajo y con los riesgos psicosociales de ámbito laboral.

Entre estas propuestas, García de la Torre resaltó la necesidad de potenciar la prevención de los riesgos derivados del teletrabajo en las empresas, “desterrando la idea de que no es dañino” para los trabajadores. Además, pidió potenciar la prevención de los riesgos asociados a la economía de plataformas y a las nuevas formas de organización del trabajo.

En esta línea, abogó también por reconocer como profesionales las patologías derivadas de los riesgos psicosociales, definiéndose la forma de incluirlas en el listado de enfermedades profesionales español. Igualmente, urgió a acometer modificaciones normativas para adaptar la legislación a los cambios surgidos de la digitalización del mercado laboral, como los cambios en los lugares de trabajo, los riesgos laborales asociados a la utilización de las nuevas tecnologías y el uso de dispositivos tecnológicos para el trabajo de forma intensiva.