Tribunales

Un inspector de policía que facilitó datos para Villarejo actuó convencido de que eran “investigaciones oficiales”

- Aseguró al fiscal que “todos” pensaban que las misiones del comisario estaban autorizadas por “altos cargos políticos”

MADRID
SERVIMEDIA

El inspector de Policía Constancio Riaño, acusado en la pieza ‘Iron’ de la causa ‘Tándem’ que se juzga en la Audiencia Nacional, reconoció este miércoles que facilitó datos que José Manuel Villarejo usó en sus encargos privados en la convicción de que se trataba de “investigaciones oficiales” y compartiendo con sus compañeros la impresión de que el comisario contaba con la autorización de “altos cargos políticos".

La pieza ‘Iron’ tiene que ver con los encargos del despacho de abogados Herrero&Asociados a la empresa Cenyt, de Villarejo, para espiar a un bufete de la competencia creado por extrabajadores de la firma que les estaba arrebatando clientes.

El encargo se realizó en 2013 y en esa época, Riaño era el responsable de relaciones institucionales y su trabajo consistía, según explicó, en buscar la información que le solicitaran otras unidades en las bases de datos de la Policía y remitírselas. Su superior directo era el comisario Enrique García Castaño, también encausado en este juicio.

Obedeciendo las órdenes de su jefe hizo rastreos sobre las cuentas de Balder, el bufete competidor, y le entregó la información a García Castaño sin analizar su contenido porque, dijo, “no soy curioso”. Insistió en que nunca sospechó que hubiera nada ilegal en el encargo, ni que la información acabaría en manos de Villarejo.

En todo caso, insistió en el predicamento que tenía Villarejo entre sus compañeros. De él pensaban que “estaba autorizado por altos cargos políticos del país” para captar empresas que “ayudaran a nuestro país". Insistió, asimismo, en que nunca recibió pago o regalo alguno por hacer esas búsquedas en las bases policiales y se lamentó de que lo único que ha sacado de este asunto son “visitas al hospital psiquiátrico”.

Esas peticiones para la búsqueda de información le llegaban por cauces formales o en simples hojas en blanco “sin membrete”. Esos trabajos se registraban sólo a veces en un ordenador que tenían en la brigada para hacer un registro estadístico de los encargos realizados, pero que no estaba en red y tenía la contraseña pegada a la vista de todo el mundo. Ese registro era únicamente una hoja Excel en la que se apuntaba qué información se pedía, para qué, la fecha y el resultado de las pesquisas.

Preguntado por si no se planteó nunca la legalidad de esas peticiones, dijo que García Castaño era el jefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), tenía contactos con los servicios secretos de otros países y por tanto siempre supuso que respetaba la legalidad. Además, esgrimió la “obediencia” debida a su superior: “Somos un cuerpo jerárquico”, zanjó. García Castaño declarará mañana ante el tribunal.

(SERVIMEDIA)
15 Dic 2021
SGR/clc