Así lo manifestó durante una rueda de prensa en la Cámara Baja en la que denunció que “estamos retrasando muchísimos, muchísimos años, temas que estaban absolutamente superados”, y ahora “se vuelven a plantear de forma absolutamente equivocada”, puestos en el debate público por partidos como el PP, por partidos de ultraderecha o Cs “que quieren aprovechar la ocasión para sacar cabeza”.

Según Bel, es un grave error que se esté gestionando este tema “desde una política de ‘bolo gallináceo’”, al tratar de sacar redito a corto plazo de situaciones “que no deberían generarlo”. Igualmente manifestó su preocupación por la posición “un tanto a veces tibia del PSC y PSOE”, y confió en que la situación se vaya normalizando.

“Nadie va a sacar un dato que determine o que cuestione que los alumnos en Cataluña tienen menor conocimiento del castellano que en cualquier otra comunidad autónoma”, recalcó, para a continuación pedir al Gobierno que tenga una posición más clara y explícita al respecto, y ayude a dar una solución “que pasa por las modificaciones legislativas”, para que la normativa estatal también “permita un desarrollo del modelo educativo catalán, como se ha producido a lo largo de los últimos 30, 40 años”.

Respecto al acoso a la familia y al menor de cinco años de la escuela de Canet de Mar, que llevaron al Tribunal Supremo a ratificar la cuota del 25% de castellano en las aulas catalanas, Ferran Bel manifestó que “por supuesto condenamos cualquier acoso, éste y de cualquier otra familia, de cualquier otro niño, por este motivo y por cualquier otro”, pero lamentó que una situación “que se había resuelto con absoluta normalidad a lo largo de décadas”, y ahora por intereses “estrictamente partidistas más que políticos”, haya vuelto al debate.

Para el portavoz del PDeCAT, ni favorece a la escuela de Canet, ni a ninguno de los alumnos, ni al menor señalado, ni a aquellos a los que se les obliga a recibir el 25% de clases en castellano, cuando en esta escuela, “como en cualquier otra de Cataluña”, las clases se habían desarrollado “con absoluta normalidad con un sistema de inmersión lingüística que permitía perfectamente el conocimiento del castellano”, apostilló.