Aznar advierte de que el actual modelo de Estado no es financieramente viable

- Ve ratificada su previsión de que esta crisis no sería la Gran Depresión del siglo XXI

Madrid/Barcelona
SERVIMEDIA

El ex presidente del Gobierno José María Aznar afirmó hoy que el actual modelo de Estado no es "financieramente viable" y propuso una serie de reformas estructurales que, a su juicio, permitirían que España saliera de la crisis sin terminar pagando un "coste tremendo" con unos "niveles de desempleo socialmente inaceptables".

En una conferencia organizada por la Fundación FAES en Barcelona, Aznar, que comenzó apelando a los síntomas de recuperación económica a nivel mundial para corroborar su previsión, contraria a la de otros analistas, esta crisis no iba a suponer el final del capitalismo ni sería la Gran Depresión del siglo XXI, pasó después a comentar la situación concreta de España, sobre la que dijo no descubrir nada nuevo si afirmaba que España es, de las principales naciones europeas, "la que más intensamente se ha deteriorado" económica y socialmente desde que comenzó la crisis.

El ex presidente señaló que en ninguna economía europea cierran 400 empresas todos los días, ninguna economía europea ha registrado un incremento de parados de dos millones de personas en poco más de un año", y "ninguna economía europea importante tiene una deuda externa de más del 180 por ciento de la renta nacional, como tiene la española".

A continuación, censuró la política económica del Gobierno, que, a su juicio, ha desoído los riesgos de "incrementar el gasto público un 9% durante varios años seguidos", "elevar el déficit exterior hasta el 10% del PIB" y "la deuda externa al 180% del PIB", "elevar por encima de los 3 millones el número de funcionarios", "segmentar el mercado nacional con normas autonómicas que perjudican a la actividad económica", "intervenir en las decisiones empresariales con criterios políticos", "retroceder en el terreno de la reforma laboral" y "no afrontar decisiones importantes de política energética", entre otras cosas.

No obstante, Aznar se mostró convencido de que "España puede superar esta crisis" y "tiene la capacidad de volver a ser próspera y dinámica". Recordó la situación económica que había en 1996, con un 23% de paro, cuando él accedió al Gobierno, y recalcó que "otra política económica era posible" y "hoy también lo es", pero que "salir de la crisis actual es tan difícil como entonces y requiere en todo caso de reformas muy profundas".

Como requisito base, el presidente de honor del PP indicó que "no es sensato ni razonable continuar con la centrifugación del Estado, hasta el punto de convertirlo en un instrumento incapaz de cumplir las funciones imprescindibles que tiene y que debe seguir teniendo encomendadas", porque "las energías de la nación se encuentran hoy dispersas en afanes disgregadores" y "gobernar la nave" es "extremadamente complicado porque la nave responde al timón con muchas dificultades".

REFORMAS

Según Aznar, el hilo conductor de sus reformas sería la apuesta por "la austeridad y el recorte del gasto público, la contención del empleo público, la racionalización y reestructuración del modelo autonómico, las rebajas de impuestos, una nueva oleada de privatizaciones de empresas públicas, sobre todo en el ámbito autonómico y local, la recuperación del mercado español, la apertura comercial, nuevas liberalizaciones en los mercados de servicios, mayor competencia en todos los mercados, un refuerzo de nuestra capacidad energética y una nueva y profunda reforma laboral".

Dentro de esta última, el ex presidente defendió descartar "una negociación centralizada que impide ajustar las negociaciones salariales a la situación de cada empresa", "la intermediación laboral, absurdamente vetada hoy a la iniciativa privada, a diferencia de lo que ocurre en Europa", "la movilidad geográfica" y "la flexibilidad horaria y funcional".

Además, propugnó la reforma de "la prestación por desempleo, que con su diseño actual no incentiva la búsqueda de empleo hasta la finalización de la prestación", la rebaja de las cotizaciones a la seguridad social, la corrección de las modalidades de contrato, que "en su configuración actual disuaden de la contratación" y la abstención de la administración laboral en los procesos de despido colectivo, "que politiza y distorsiona gravemente las relaciones laborales".

Finalmente, Aznar abogó por "una apuesta decidida por la energía nuclear", señalando que "los ecologistas más sensatos del Reino Unido, de Canadá, de Suecia y de los Estados Unidos se postulan hoy abiertamente" en su favor "porque consideran que es la forma más eficaz de luchar contra el cambio climático". En su opinión, "el debate que hoy está planteado en España", sobre la duración de las centrales nucleares, ya está "superado", y se pagará un "coste tremendo" si "pierde el tren tecnológico en este sector tan importante para el futuro".

"Si España sigue retrasando su agenda de reformas", concluyó Aznar, "pagará más caro que nadie el coste social de la crisis, porque ésta se instalará en nuestro país durante mucho más tiempo", dado que "el coste de esta política de reformas cero" creará "un largo período de crecimiento anémico incapaz de absorber unos niveles de desempleo socialmente inaceptables".

(SERVIMEDIA)
29 Oct 2009
KRT/isp