En su intervención en el XIV Congreso del PSdeG-PSOE, uno de los más convulsos del partido tras la victoria del nuevo secretario general, Valentín González Formoso, sobre su predecesor, Gonzalo Caballero, Sánchez no olvidó el gran tema pendiente de la renovación del Consejo General del Poder Judicial.

Lo hizo al término de su discurso, cuando se refirió a “una oposición que no cumple con sus obligaciones constitucionales, que bloquea la renovación del órgano de los jueces”, una actitud con la que, dijo, los populares no sólo faltan a la Carta Magna sino que “están dañando la democracia, y eso, en un momento de crisis como el que estamos viviendo, es absolutamente imperdonable”.

No era la primera vez en su discurso en el que echaba algo en cara a los populares. Ya antes les había acusado de que “tratan de dibujar una España a su imagen y semejanza: triste, sin ideas y en quiebra”. Más tarde, subrayó que el PP “se opone hasta a modificar el artículo 49 de la Constitución” y “quitar el término de disminuidos por el de personas con discapacidad”, de lo que coligió que el principal partido de la oposición no defiende a los ciudadanos.

Abundaría en este enfoque un poco después, al presumir de tener un Gobierno “ejemplar” frente al “corrupto” de Mariano Rajoy y de “tener empatía, saber escuchar y saber acordar”. Como ejemplos de acuerdo, puso los de subir el salario mínimo interprofesional, revalorizar las pensiones al IPC, crear el ingreso mínimo vital, apoyar la equiparación salarial entre hombres y mujeres y apoyar la Formación Profesional.

En esta línea, preguntó “por qué otros se han descolgado de estos acuerdos que trascienden lo ideológico” y desembocó en la enumeración de los 12 acuerdos con los agentes sociales. “No son cifras; son realidades, son personas, son esperanzas”, defendió, dentro de su contraposición habitual entre la salida socialdemócrata a las crisis y la salida “neoliberal”, como la que adoptó el Gobierno de Rajoy a la crisis financiera de 2008.