Así lo indicó Aragonès en una rueda de prensa conjunta con la presidenta de Baleares, Francina Armengol, tras reunirse en Palma, en relación con la sentencia del Tribunal Supremo en la que se confirma que el 25% de las clases en Cataluña se tienen que dar en castellano, rechazando así el recurso que presentó la Generalitat a este dictamen.

Para Aragonès, el catalán es una lengua que el Gobierno central “debe proteger”, por lo tanto, apuntó que la Generalitat de Cataluña tiene todo el derecho y toda la “obligación” de exigirle al Ejecutivo central una “clara defensa” de un modelo en este territorio que, hasta la fecha, es de “éxito” y que tiene “muchos retos” por delante.

Según el presidente de la Generalitat, lo que hay que hacer es “incrementar” la presencia del catalán en las escuelas para garantizar no solamente el fomento de su uso social, también el aprendizaje porque ayuda a la “cohesión social” y a la “igualdad de oportunidades”.

Por lo tanto, animó a ir en la “línea contraria” del horizonte que plantea la sentencia del Supremo, al tiempo que apuntó que hay un “claro consenso” en Cataluña desde hace “muchos años” a nivel pedagógico en la comunidad educativa catalana sobre la defensa el catalán en las aulas.

Sobre este aspecto, volvió a pedir al Gobierno central que se comprometa a apoyar este “amplio consenso” que hay en Cataluña. Además, alertó de que la sentencia del Supremo “amenaza” la continuidad del modelo.

Aragonès apuntó que el modelo lingüístico de la escuela catalana en Cataluña es un modelo que ayuda a la “cohesión social” y a la “igualdad de oportunidades”, por lo tanto, aseveró que este modelo “no se puede poner en cuestión” y el catalán en los colegios “no se toca”.