Cataluña
Iglesias recomienda que la mesa de diálogo plantee “soberanías compartidas”
- Tanto él como el ex secretario de Estado José María Lasalle comparan la España actual a la Alemania de Weimar
- El exlíder de Podemos se declara preocupado por la ”nostalgia” felipista del PSOE de Sánchez
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El exvicepresidente del Gobierno y exlíder de Podemos Pablo Iglesias recomendó este martes al PSOE y ERC que en la mesa de diálogo entre ejecutivos planteen “soberanías compartidas” entre España y Cataluña.
Lo hizo en un diálogo con el ex secretario de Estado de Cultura del Gobierno de Mariano Rajoy José María Lasalle, dentro de un ciclo de debate sobre la relación entre España y Cataluña que organiza la delegación de la Generalitat en Madrid.
Lasalle definió la democracia como un sistema que “tiene que alojar siempre la posibilidad de un dialogo” y permitir “dinámicas legales que buscan canalizar el diálogo” y “neutralizar conflictos”. Describió el conflicto del encaje catalán como “cronificado” hasta la ruptura unilateral de las instituciones catalanas por el proceso de 2017, que “rompía cualquier posibilidad de diálogo”.
Diagnosticó que si se llegó a ello es porque “las responsabilidades están muy repartidas”, y que hay mucha gente en la sociedad española y catalana que se siente “cómoda en el conflicto”, de forma que se buscó la solución en la “homogeneización” y deparó un “empate catastrófico” entre la “construcción recíproca de hegemonías”.
Sin embargo, en su opinión, hay una oportunidad para el diálogo, pero exige la “lealtad cooperativa institucional” y procesos de autocrítica por parte de la Generalitat y por parte del Estado. Finalmente, postuló una democracia sin atajos basada en la legalidad, que a su modo de ver no se debe quebrar nunca.
Lasalle apeló a la Ley de Claridad de Quebec para concluir que ninguna mayoría prevalece sobre la legalidad y los derechos de las minorías, que los derechos no pueden reivindicarse sin cumplimiento de obligaciones institucionales, y que la voluntad de secesión debe mantenerse durante mucho tiempo.
Por su parte, Iglesias, contestando a la mesa redonda anterior, dijo que nunca el diálogo territorial será permitido como cuestión de élites porque ha sido el elemento movilizador del voto en Cataluña y España, y las emociones y sentimientos ocupan el centro. Un término, el de diálogo, que definió como la cristalización en el Derecho o el idioma con que se resuelve legalmente una correlación de fuerzas.
COMO EN LA REPÚBLICA DE WEIMAR
“Creo que vivimos tiempos que recuerdan a los de la República de Weimar”, señaló, advirtiendo de que en ellos “los malos suelen ganar las más de las veces y los demócratas suelen perder”. Pero sí detectó un cambio en la correlación de fuerzas respecto a la Transición, dominada por el bipartidismo estatal, CiU y el PNV, éstos asumiendo una serie de consensos y garantizando la estabilidad. Fuera de ese consenso habría quedado solamente ETA, la cual sirvió precisamente de “exterior constitutivo” que aglutinó a los partidos del consenso.
Según su análisis, ese consenso lo alteraron el independentismo catalán y Podemos, de forma que ahora se dan dos opciones: que gobiernen el PP y Vox y recuperen competencias autonómicas y hasta ilegalicen partidos, y que el PSOE se vea obligado a gobernar con partidos con los que nunca habría querido gobernar. “O la mesa de diálogo habla de esto o no habla de nada”, sentenció.
Iglesias recordó su expresión de ”dirección de Estado”, a la que quiso incorporar a ERC y EH Bildu, y la contrapuso a la unilateralidad, advirtiendo de que “derrotar a un Estado es muy difícil” y atribuyendo al desafío independentista que el Rey y los jueces hayan tomado cartas en el asunto para defenderlo.
Llamó a plantear las “soberanías compartidas” en sentido federal como única posibilidad de que la mesa vaya algún sitio, pero expresó sus dudas de que el PSOE tenga voluntad de asumir las reformas que ello supondría, incluyendo la puesta en cuestión de la monarquía, “salvo que (los socialistas) se vean obligados a asumirlo”.
Además, lamentó que el Gobierno catalán carece de estrategia colectiva y sólo es el escenario de disputa entre los dos partidos que lo forman. Más tarde, señaló que “la mesa de diálogo es ineludible”, pero advirtió de que “no se puede negociar solamente con ERC excluyendo a Junts” y sin contar con los vascos.
A instancias de la moderadora, el exlíder de Podemos tuvo que matizar su pronóstico de que las elecciones generales se adelantarán. “No sé cuánto va a durar la legislatura, pero las elecciones se producirán en el momento que más le convenga al presidente del Gobierno”, especificó. “Relajarse y pensar que serán en 2023 es poco prudente. ¿Esto quiere decir que será en 2022? No, pero podrían ser”.
PARTIDOS PROVINCIALES
Desde su punto de vista, será determinante para ello la mayoría que haya en el Tribunal Constitucional cuando se renueven en 2022 nuevos vocales, y también el surgimiento de partidos provinciales como Teruel Existe. “Vamos a tener formaciones políticas de comportamiento impredecible”, advirtió.
Lasalle coincidió con Iglesias en que el período actual está “más próximo de lo que parece al período de entreguerras y en especial a la República de Weimar”, porque “hay un proceso revolucionario latentes y un proceso reaccionario latente”. Para evitar eso y la dialéctica amigo/enemigo, abogó por construir consensos y una institucionalidad para todos.
Iglesias encomendó la responsabilidad de liderar al PSOE. “Deben hacer lo que no quieren hacer”, diagnosticó , interpretando que en el último Congreso Federal los socialistas sintieron “nostalgia” de lo que fueron con el expresidente del Gobierno Felipe González. En su opinión, “si alguien estaba legitimado para cortar el cordón umbilical” con el PSOE antiguo era Pedro Sánchez, “y sin embargo no ha querido construir un poder alternativo sino reconciliarse con aquéllos que le defenestraron”.
“Eso me preocupa”, atestiguó, y advirtió de que si el PSOE “sueña con grandes acuerdos con la derecha”, negociar el CGPJ con el PP e incluso permitir gobernar con los populares si no pactan con Vox, y a su vez ellos no negociar con Unidas Podemos, entonces los socialistas no serán capaces de llevar a ningún puerto el papel que los electores le han encomendado”.
También a ERC le pidió que se comporte como primer partido de Cataluña y concluyó que, si ni socialistas ni republicanos cumplen con sus papeles, tendrán que ser otros partidos en el futuro los que solucionen el conflicto catalán. “Me encantaría que fuera Unidas Podemos o como nos llamemos en el futuro”, confesó, dejando la puerta abierta a que su partido pierda su nombre en la eventual candidatura electoral que lidere la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz.
A la pregunta de si habrá alguna votación soberana en Cataluña, Lasalle dijo que el referéndum debería convocarse en toda España, mientras que Iglesias dijo estar de acuerdo pero que las consecuencias políticas de ello serían “definitivas”, por lo que dudó de que se lleve a cabo. Lo mismo ocurriría en su opinión en el caso de que se convocara un referéndum entre monarquía y república. “Los problemas políticos no tienen soluciones definitivas”, advirtió, y, aunque dijo que piensa que finalmente se podrá votar algo en Cataluña, precisó que también sería una solución temporal.
(SERVIMEDIA)
16 Nov 2021
KRT/clc