“Es preciso mejorar la cooperación y colaboración internacionales para desarrollar mejores defensas y respuestas ante las emergencias y amenazas en el ámbito de la salud pública en un mundo tan interconectado e interdependiente”, reclamó.

Chan hizo estas declaraciones en su intervención en la ceremonia de entrega de la XXIX edición de los Premios Príncipe de Asturias que, presidido por los Príncipes de Asturias, se celebró esta tarde en el Teatro Campoamor de Oviedo.

En esta edición, los galardones recayeron en Norman Foster (Artes), la Organización Mundial de la Salud (Cooperación Internacional), David Attenborough (Ciencias Sociales); Universidad Nacional Autónoma de México (Comunicación y Humanidades); Martin Cooper y Raymond Samuel Tomlinson (Investigación Científica y Técnica); Ismail Kadaré (Letras), Yelena Isinbayeva (Deportes) y la ciudad de Berlín (Concordia).

En su intervención, el Príncipe de Asturias describió el trabajo de cada uno de los galardonados como “modelos supremos de esfuerzo sacrificado, de inteligencia, de nobleza, de espíritu de superación y de cuantas cualidades enaltecen a los seres humanos”.

El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, José Ramón Narro, señaló que “duele que en el mundo de hoy, con sus grandes desarrollos, vivan cerca de 900 millones de personas que no saben ni leer ni escribir”. “Resulta indispensable reivindicar el derecho a la educación” porque es “la vía de la superación humana, de la individual y de la colectiva”, añadió.

En este sentido, “concebir la educación como un derecho fundamental” es “uno de los mayores avances éticos de la historia” porque “la modernidad debe traducirse en mejores condiciones para los excluidos de siempre”, reconoció.

Por su parte, el actual alcalde-gobernador de la ciudad de Berlín, Klaus Wowereit, tras repasar la convulsa historia de la capital alemana, aseguró que confía en que el ejemplo del muro y la revolución pacífica para luchar por la democracia, “aliente a muchas personas a derrumbar los muros que todavía existen” y para ello “necesitamos libertad, justica, democracia y el respeto a las personas diferentes”.

Finalmente, Ismaíl Kadaré defendió la independencia de la cultura porque “a diferencia de la independencia de los Estados, la de la literatura es global, de ahí que también su defensa sea global”.

OVIEDO, CAPITAL DE LA CULTURA

La entrega de los Premios Príncipes de Asturias convierte a Oviedo en capital mundial de la cultura y del arte. Por la alfombra azul del Teatro Campoamor, desfilan cada año símbolos vivos del mundo de la cultura, la ciencia, la tecnología o el deporte así como representantes de todos los ámbitos políticos.

La gaita se convierte en la banda sonora de todos los rincones de la ciudad, los grupos folklóricos ponen la nota de color a las calles y miles de periodistas acreditados, pertenecientes a cientos de medios de comunicación, se encargan de acercar Oviedo al mundo.

En esta edición, en las butacas del Campoamor, estuvieron el ministro de Educación, Ángel Gabilondo; la ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, y la de Cultura, Ángeles González-Sinde, ente otras personalidades.

YELENA ISINBAYEVA, LA MÁS QUERIDA

La saltadora de pértiga, Yelena Isinbayeva, fue la premiada más aplaudida por los cientos de ciudadanos que arropaban la entrada al Teatro Campoamor de Oviedo.

Con un vestido que dejaba al descubierto su musculosa espalda, la deportista rusa se ganó el favor de los asistentes con su naturalidad, cercanía y una gran sonrisa que le llevó a bromear con los fotógrafos.

La deportista - de 27 años y 27 récords mundiales- aguantó con dificultades las lágrimas cuando el Príncipe reconoció que es una “deportista excepcional” y que “no sólo ha destacado de manera extraordinaria por sus valores humanos y deportivos, sino que ya muy tempranamente ha sido reconocida como la mejor atleta del mundo.