Así se desprende del informe sobre crecimiento empresarial que publica este miércoles Cepyme y que pone de relieve que equiparar el tamaño empresarial en España al de la media europea también elevaría las ventas de las compañías en 246.000 millones de euros de manera agregada, expandiría la masa salarial en 29.000 millones de euros e incrementaría la recaudación de impuestos en cerca de 20.000 millones sin tener que elevar los impuestos.

Destaca que, por ejemplo, la empresa media española ocupa a 4,7 personas mientras que una empresa media de la Unión Europea da empleo a seis, y en Alemania, Reino Unido y Austria el tamaño medio de las empresas duplica al de España.

En facturación, el ingreso medio de las microempresas españolas por cada uno de sus ocupados es de 122.300 euros frente a la media comunitaria de 135.600 euros.

En esta línea, Cepyme ha identificado más de 100 regulaciones que desincentivan que las empresas españolas ganen tamaño. Se trata de barreras fiscales, contables, laborales, financieras y de competencia que “se convierten en un lastre para la competitividad de las empresas, frenan la recuperación de la economía, la creación de empleo y la sostenibilidad de las cuentas de las propias administraciones públicas a largo plazo”.

Con el fin de favorecer que las empresas crezcan según sus necesidades, la patronal de pymes propone que el cumplimiento de las obligaciones no tenga carácter inmediato con la ampliación de un trabajador en la plantilla, sino que entren en vigor a los cuatro años de aumentar y mantener su tamaño, entendiendo así que hay una consolidación del crecimiento. Con ello, se “facilitará” a la empresa su estabilidad para asumir las nuevas cargas y asegurar su tamaño.

La patronal aprovecha para advertir de que “las medidas y reformas en las que trabaja el Gobierno, que repercuten en una menor flexibilidad empresarial y en mayores costes laborales y tributarios, harán a las empresas más vulnerables y frenarán su crecimiento”.

Recuerda que, bajo las condiciones actuales, “las empresas tratan de esquivar el escalón principalmente de los 50 trabajadores, así se puede observar en las estadísticas de tamaño empresarial, ya que las cargas que asumen por ampliar su plantilla en solo un trabajador desalienta dicha ampliación”.

Además, apunta que “España no tiene un problema de emprendimiento, sino que el verdadero lastre es la mortalidad empresarial”, dado que la tasa de emprendimiento española -en el 35,3%- es de las más altas de la UE, mientras que el 9,2% de las empresas con asalariados acaba cerrando a lo largo del año en España, frente al 8% de media europea.