La investigación policial comenzó cuando, en la lucha contra la explotación sexual infantil por Internet, los agentes localizaron a un usuario que podría estar residiendo en España y que subió varias imágenes que podían ser catalogadas como material de abuso sexual infantil.

Las gestiones permitieron comprobar que el usuario participaba activamente en una red social rusa en la que los pedófilos establecen un primer contacto para conocer sus gustos e intercambiar material. Tras un estudio de las imágenes por parte de los expertos policiales, se consiguió identificar plenamente a la persona que había subido dichos, ubicándole en Sevilla.

Ante el riesgo real sobre la indemnidad sexual de las menores, se dio absoluta prioridad a esta investigación, diseñándose un dispositivo policial de localización inmediata del objetivo. Una vez logrado, se procedió a la entrada y registro de su vivienda, comprobándose ‘in situ’ los hechos bajo investigación.

Como resultado del operativo se identificó a tres menores víctimas del delito de producción de pornografía infantil. Una de ellas era su propia hija mientras que las otras dos pertenecían al entorno familiar del detenido. Asimismo, se le imputó también la comisión de los delitos de distribución y tenencia de material de explotación sexual de menores. Además, se pudo averiguar que el arrestado realizaba fotografías al descuido a menores de edad en la vía pública, utilizando sistemas de grabación oculta para no ser percibido por los viandantes.

Por otra parte, se acreditó que el detenido establecía contacto con otras menores a través de conocidas redes sociales, haciendo uso de una identidad falsa para captar potenciales víctimas. Para ello empleaba técnicas que le permitía ocultar su dirección IP para evitar ser detectado por la Policía.