Así lo revelan los datos del II Informe sobre el cannabis que presentó hoy en Madrid la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Carmen Moya. Según este texto, el 20,1% de los jóvenes de entre 14 y 18 años ha consumido esta sustancia en el último mes, mientras que el 35,2% lo ha hecho en alguna ocasión en su vida.

Del grupo de adolescentes que consume habitualmente, el 2,2% presenta ya un consumo “problemático”, lo que, según recalcó la delegada, no supone que hayan generado “alteraciones del orden público”. A largo plazo, el consumo de esta sustancia genera pérdida de memoria y mermas en la capacidad de concentración y de la planificación de tareas.

Según los últimos datos, el cannabis es la droga ilegal de mayor consumo en todo el mundo. Naciones Unidas estima que un 3,9% de la población de entre 15 y 64 años la probó en alguna ocasión en 2007, mientras que en la Unión Europea su prevalencia oscila entre el 0,5% y el 8,7% de la población, dependiendo del país.

Pese al descenso de su consumo que se inició en España en 2006, entre un 7 y un 10% de las personas que han probado alguna vez marihuana tiene riesgo de desarrollar un trastorno de dependencia.

GRANDES INCAUTACIONES

Otro de los datos que destacó Moya se refieren al elevado número de incautaciones que tiene lugar en este país, y que llegan a representar el 50% del total mundial, según datos de las Naciones Unidas. España ocupa así el primer puesto del ránking de países en incautaciones de resina de cannabis.

La delegada hizo también hincapié en el problema de los policonsumos. Así, entre la población de entre 14 y 18 años y en relación al consumo de los últimos 12 meses, el 98,8% de los consumidores también lo eran de alcohol, un 79,7% de tabaco, un 11,3% de cocaína, un 7,7% de anfetaminas y un 5,8% de éxtasis. Además, los consumidores regulares de cannabis tienen más probabilidades de consumir heroína y cocaína.

MÁS URGENCIAS HOSPITALARIAS

El estudio sitúa la edad de inicio en España en los 14,6 años, y advierte de los problemas escolares y sociales que genera, además de las alteraciones del sistema nervioso central, los “daños severos” que ocasiona en el tejido cerebral, la posibilidad de desarrollar trastornos mentales (ansiedad, depresión, psicosis) y los efectos que tiene sobre el organismo.

La aparición de taquicardias, aumento del riesgo de padecer cáncer de pulmón y de testículo, “deterioros” de la personalidad, bronquitis crónica y una disminución de las defensas del organismo son algunos de esos efectos.

Entre 1996 y 2007, la proporción de urgencias hospitalarias por reacción aguda al consumo de drogas en las que se menciona el cannabis se ha multiplicado por cuatro, pasando de un 7,4% a un 30,3%.