“El Tribunal Constitucional ya ha hablado”, aseguró Llop en el Pleno del Senado, donde indicó que hay “un antes y un después” de esta sentencia, al tiempo que apuntó que “la sociedad no merece que ahora reabra este debate”.

Llop hizo estas consideraciones en respuesta al senador del PNV Imanol Landa, quien pidió al Gobierno que se comprometa con la derogación de la prisión permanente revisable por ser una medida “vengativa”. Este parlamentario recordó que actualmente se tramita en el Congreso una iniciativa de su partido para eliminar este tipo de cumplimiento de condena, que fue introducido por el PP para peligrosos delincuentes, como asesinos y violadores reincidentes.

La titular de Justicia respondió que “el Gobierno es consciente de que la prisión permanente revisable no es una opción válida para numerosas fuerzas políticas”, pero sostuvo que la sociedad está pidiendo “certidumbre” respecto a las penas de quienes cometen delitos “que merecen el máximo reproche penal”.

Afirmó que “no podemos eludir que hablamos de cuestiones que afectan también al sentimiento social y al dolor, cuestiones que deben tenerse en cuenta, aunque no de manera lógicamente exclusiva a la hora de tomar decisiones políticas”.

NO ACEPTAR “RETROCESOS”

Aunque la ministra no hizo mención a ello, su respuesta coincide con la conmoción que en los últimos días ha provocado en la sociedad lo ocurrido en Lardero (La Rioja) con el niño de nueve años Alex, asesinado por un hombre que se encontraba en tercer grado tras cumplir parte de la pena que se le impuso por acabar con la vida de otra joven.

En este contexto, Llop señaló, respecto a la derogación de la prisión permanente revisable que pide el PNV, que “la sociedad no merece que el Gobierno reabra ahora este debate que genera incertidumbre en cuestiones de gran sensibilidad ni que lo haga justo cuando el Tribunal Constitucional ya se ha pronunciado”.

Sin embargo, el senador peneuvista sostuvo que la prisión permanente revisable tiene una connotación “vengativa” que es “impropia de sistemas democráticos maduros que han superado esta visión y se sitúan en la teoría de la humanización de la pena”.

Landa añadió que “la defensa de la seguridad no debe conllevar el menoscabo de derechos y valores fundamentales que deben ser precisamente los que deben inspirar el sistema y sobre los que no debemos aceptar retrocesos”. “Solo así podremos evitar un día hallarnos inmersos en un derecho penal totalitario desproporcionado e injusto”, afirmó.