Este es uno de los datos principales que se desprende de la oleada de primavera del Estudio de la Gestión del Riesgo de Crédito en España, que Crédito y Caución e Iberinform publicaron este viernes y que cuenta con la participación de los gestores de cerca de 800 empresas de todos los tamaños y sectores.

Según el informe, el 85% de las empresas españolas percibe el impacto del entorno económico en el riesgo de crédito de su cartera comercial, sobre todo, en lo que referido a la perturbación provocada por el endurecimiento de las políticas monetarias de los bancos centrales. De hecho, el 43% de las empresas señala el incremento de los costes financieros como uno de los factores desestabilizadores del riesgo de crédito comercial, “cuando hace un año era irrelevante”.

No obstante, el incremento general de la inflación –señalado por el 67% de las empresas– y los costes de la energía (57%) se mantienen como los principales factores desestabilizadores del riesgo de crédito en 2023.

“La evolución de los precios de los insumos es crítica para el deterioro de los pagos y la solvencia, ya que las empresas repercuten parte de estos incrementos contra sus márgenes al no trasladarlos de forma directa a sus precios finales y afrontan, además, caídas en la demanda de las familias”, indica el informe, que también señala como “relevantes” los problemas en la cadena de suministro (citados por el 31% de las empresas) y las tensiones geopolíticas (21%).

A pesar de este contexto de deterioro del riesgo de crédito que confirma el estudio, solo el 9% del tejido productivo ha registrado una disminución de sus ventas, frente al 77% que ha registrado algún tipo de crecimiento. Asimismo, el estudio destaca “muy positivamente” que un 57% de las compañía espera que sus niveles de facturación prosiga su remontada, frente a un “exiguo 13% que espera que este ejercicio sea peor que el anterior en términos de ingresos”.