Cambio climático

Belarra aboga por un ecologismo “popular” alejado del realizado “por las élites para las élites”

Madrid
SERVIMEDIA

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, defendió este viernes la conveniencia de “hacer que el ecologismo sea popular”, para que lo sienta como algo suyo el ciudadano de a pie, y, de este modo, se aleje de la doctrina propugnada “por las élites para las élites”.

Lo hizo durante su intervención, de manera telemática, en la Aragón Climate Week, un encuentro que tiene el objetivo de movilizar a todos los sectores de la sociedad y sensibilizarlos sobre los efectos del cambio climático y el grave peligro que conlleva el calentamiento global.

Belarra comentó que “estamos llegando demasiado tarde a la lucha contra el cambio climático, que es una realidad medible”, cuyas consecuencias, en forma de “fenómenos meteorológicos extremos”, está sufriendo la ciudadanía “en primera persona”.

Por ello, manifestó que los gobiernos tienen ante sí un doble reto: “Preparar a sus países para la adaptación al cambio climático” y “reducir lo más rápido posible las emisiones y el impacto ambiental”.

Arguyó la necesidad de “encontrar el equilibrio en el planeta”, ya que “nuestros recursos se están acabando y nuestra economía sigue funcionando como si nada sucediese apostando por el crecimiento ilimitado obviando los límites de nuestro planeta”.

Ante esta situación, tiró de optimismo para señalar que la pandemia ha puesto sobre la mesa varios interrogantes: “Si tiene sentido que las cadenas de suministro sean tan largas, produciendo frutas y verduras en un hemisferio, y empaquetándolas y consumiéndolas en otro hemisferio; si tiene sentido, como ha sucedido en España, exportar ganado a la vez que importamos por otras vías; si tiene sentido que las grandes ciudades estén superpobladas al mismo tiempo que la gran parte de nuestro territorio está mayoritariamente deshabitado”.

Desde su punto de vista, el “sistema económico, basado en el capitalismo financiero y en la teoría neoliberal”, ha constatado su “fracaso” en el último año y medio, evidenciándose su incapacidad para “cambiar nuestro planeta” y “cumplir esa falsa promesa de que todo el mundo va a vivir bien”.

Esto le sirvió para defender el desarrollo de un “nuevo modelo productivo y económico que apueste por la sostenibilidad de las vidas y del planeta” y que se apoye en la ciencia a la hora de tomar decisiones.

Previno contra la tentación de acometer “una huida hacia adelante que suponga el mantenimiento de las políticas neoliberales con un pintado de cara verde” y alertó del “ejercicio de ‘greenwashing’” a través del cual “las grandes empresas quieren reordenarse y reordenar su negocio para que todo cambie y todo siga siendo lo mismo”.

Por esa razón, reivindicó el ecologismo desde una óptica “popular”, que sea sentido como algo propio por el ciudadano de a pie, y que se sitúe lejos de la teoría auspiciada “por las élites para las élites”.

Además, reclamó la articulación de un “modelo distributivo de la energía”, un hito que “va a requerir tiempo” porque “los últimos acontecimientos dicen que no podemos posponerlo por más tiempo”.

Esto le permitió arremeter de nuevo contra las empresas eléctricas, a las que acusó de “chantajear a la ciudadanía” después de las medidas que ha aprobado el Gobierno para atajar la subida del precio de la luz, y recalcar la importancia de utilizar el Boletín Oficial del Estado para “empoderar a los consumidores”.

(SERVIMEDIA)
22 Oct 2021
MST/clc