El segundo de los actos electorales de Rubalcaba este domingo fue en Logroño, en el Pabellón deportivo de Las Gaunas, donde dijo a los socialistas que una semana es “muchísimo tiempo” en política, y queda margen para convencer a los que siguen indecisos, “que son de los nuestros”.

Hay que convencerles “de la trascendencia de lo que estamos votando”, porque no basta con un cambio de partido en el gobierno para superar una crisis que es mundial y afecta especialmente a toda la zona euro, y de que los países que ya han experimentado ese cambio, como Portugal, tienen “más crisis y más recortes”.

La defensa de los derechos sociales es un claro mensaje a su electorado indeciso, y lo es también la convicción de que él será capaz de defender en Europa la política económica en la cree mientras que eso Rajoy “no lo ha hecho en su vida” y sigue con la tesis de que la crisis es “hispanoespañola en ese intento de echarle toda la culpa a Zapatero”.

Ese interés “electoral” fue el que les llevó a no hacer nada ante la crisis, no ayudar en nada al Gobierno, y trabajar sólo una noche, aunque “denodadamente”, la del 14 de mayo del pasado año para evitar que salieran adelante los ajustes necesarios.

Tampoco apoyaron la reforma de las pensiones porque querían otra ley que no está en su programa, donde sí está la intención de “revisar” el sistema cada dos años, algo que Rubalcaba quiere “difundir masivamente” entre los pensionistas españoles antes del final de la campaña.

En La Rioja hacen falta dos escaños, “y los vamos a sacar, porque no los deciden los mercados ni las encuestas, sino los votos de los ciudadanos”, dijo Rubalcaba, justo el día en que los diarios difundieron los últimos sondeos de la campaña, que siguen reflejando considerable distancia entre el PP y el PSOE.

Rubalcaba insistió en que el PP “no ha dado nunca un paso adelante” en la defensa de los derechos individuales y las libertades públicas, “jamás”, y no votaron siquiera la ley del divorcio aunque, como suele decir Felipe González, “por la tarde estaban todos en la ventanilla para divorciarse”.

En ese sentido, pidió expresamente al PP que retire el recurso interpuesto ante el Tribunal Constitucional contra la ley que permite el matrimonio de personas del mismo sexo, para evitar la inseguridad y la incertidumbre de quienes ya se han casado o esperan hacerlo.

No es sólo un problema de nombre, aseguró, y aunque así lo fuera es como si se pretende permitir a los homosexuales “comer algo por la mañana pero no llamarlo desayuno”.

Es una prueba más de que “no soy igual que Rajoy, el PSOE no es igual que el PP, no es verdad”, uno se compromete a avanzar en los derechos sociales y el otro imprimiría un “retroceso” simplemente porque “no creen en ellos”.

Rubalcaba puso otro ejemplo con la píldora poscoital y la pretensión del PP de que sólo se pueda vender con receta, porque quienes más la usan son los adolescentes que con ese requisito no la pedirían “por vergüenza”. Hay que evitar, concluyó, que por “una noche loca purguen toda la vida”.