Marlaska se refirió a esta cuestión en el Pleno del Senado, donde la parlamentaria del PNV Almudena Otaola le preguntó “sobre la respuesta del Estado francés a la petición del Gobierno de la apertura de los pasos fronterizos”.

Otaola se refirió a que su partido viene denunciando esta situación porque los controles causan “perjuicios” de tiempo y dinero a quienes se desplazan entre el País Vasco y la zona adyacente de Francia, que es el departamento de los Pirineos Atlánticos.

A este respecto, Marlaska se refirió a que, de los 37 puestos fronterizos entre España y Francia, en la actualidad quedan 10 en los que hay controles, cifra que ha bajado desde los 19 que mantenían estas restricciones en los últimos meses.

“PROFUNDO DESACUERDO”

El ministro indicó que estos pasos no están cerrados, sino que Francia en los mismos realiza controles, algo que no debe existir dentro de la UE. Apuntó que esta forma de actuar “no es una práctica nueva” por parte del Gobierno galo, que la viene aplicando desde 2015 y la justifica por razones como los movimientos migratorios irregulares o la lucha contra el terrorismo.

Marlaska se refirió a que dichas actuaciones están “amparadas” por el código de fronteras Schengen, aunque el Ejecutivo español ha trasladado al galo su “profundo desacuerdo” por los argumentos dados para efectuar los controles.

Añadió que la posición del Gabinete de Pedro Sánchez es que la libre circulación de personas es uno de los “pilares básicos” de la UE y que el “peor remedio” para afrontar los desafíos es “no tomar conciencia” de que la frontera de los países comunitarios son las exteriores y no las internas.