Argumenta que, aunque el Gobierno asegura que los presupuestos para sanidad aumentan 11%, este incremento sólo se produce si se incluyen los destinados a las mutualidades de funcionarios, que crecen un 4,9%, “mientras que los destinados al Ministerio de Sanidad en realidad decrecen un 17,3%", afirma la organización.

Añade que las mayores partidas se destinan a vacunas para la Covid-19, 1.175 millones de euros; salud pública, con 682 millones y compra de equipos de alta tecnología, 396 millones, mientras que a Atención Primaria (AP) se asignan 176 millones de euros, un 6,22% del total, una cantidad que desde Fadsp consideran “insuficiente” y que prolonga la “marginación” de esta especialidad dentro del sistema sanitario.

Además, afirma que para salud mental se destinan 30 millones y a la bucodental 44, cantidades que considera escasas para solventar los problemas pendientes en estas áreas.

Admite que los presupuestos del ministerio no alcanzan el 10% de los destinados a sanidad, ya que el resto se destinan a las comunidades autónomas, de quienes depende la gestión sanitaria, pero la federación sostiene que cada comunidad utiliza unos criterios distintos para asignar estos fondos, lo que acarrea el aumento de la desigualdad interterritorial.