Así se pronunció desde Sevilla, al participar en la cuarta jornada de la Convención Nacional del PP en la mesa sobre “la fortaleza de las instituciones”. “El otro día me recordaba una persona que cuando tú trabajabas conmigo se despedía de mí y tú estabas un poco al fondo, en el pasillo, y yo le dije que ese que está ahí al fondo va a ser presidente de España”, relató.

“Vas a ser presidente del Gobierno de España y te digo una cosa más, lo vas a hacer bien”, trasladó Aznar. Una vez “solventada esta duda”, prosiguió entre risas, avisó de que desde el poder la clave es “tener una grandísima ambición reformista que permita cambiar la situación”. “Y la situación no es nada fácil, es muy complicada”, apostilló.

Aznar recordó que la situación tampoco era fácil hace 25 años, aunque sostuvo que ahora es “más grave” y por ello la agenda reformista ha de ser “muy clara”. Por ejemplo, en materia de pensiones, criticó que cada día oye “una cosa distinta”. “Y yo no soy pensionista, ni estoy jubilado ni nada de eso, ni tengo ganas de jubilarme ni me pienso jubilar”, apostilló.

“Pero quiero decir que el sistema de pensiones tal y como está no es sostenible y eso hay que saberlo”, sentenció Aznar, calificando de “buena reforma” la que hizo Fátima Báñez. “El mejor sistema de pensiones es el que se puede pagar. El peor es el que llega un momento y explota”, avisó, cargando contra el Ejecutivo por tener “cada día una ocurrencia distinta” en este ámbito.

“NO ENDEUDARNOS MÁS”

“Cuanto antes recuperemos cierta disciplina fiscal, cuanto antes empecemos a no endeudarnos más, cuando hagamos las políticas de reformas que nos permitan crecer más, podremos ver un horizonte más despejado”, remarcó el expresidente del Gobierno. “Esto de que no hay reglas, que es la única regla europea que hay ahora, se va a acabar”, alertó.

Por ello, pidió a Casado que se prepare para gestionar esta situación. “Yo ya lo hice”, indicó Aznar sobre su etapa en La Moncloa. Del mismo modo, deploró la situación “de daño institucional” que a su juicio vive España y que afecta a la “reputación” del país y “provoca inseguridad jurídica”.

Destacó que una reforma “absolutamente imprescindible” ahora es la energética. “Habrá que poner orden”, resaltó, y a continuación enfatizó que precisamente esta es una de las palabras “clave” de la España que Casado “tiene que gobernar”. Todo ello partiendo de la base de que “este es un país desordenado” porque “las cosas están desordenadas” bajo el mandato de Pedro Sánchez.

Por ello, el exjefe del Ejecutivo llamó a “restablecer el orden”. “Hay que ordenar la casa y se llama aplicar la Constitución”, aseveró, incidiendo en que no hay alternativa a aplicar la ley en un Estado de Derecho. Dicho esto, señaló que “un juez que abandona la carrera y se dedica a la política para ser ministro no puede volver a ser juez”, como tampoco “un fiscal que abandona la carrera para dedicarse a la política no puede volver a ser fiscal”.

De esta forma, Aznar quiso recalcar que “las reglas básicas de las instituciones hay que respetarlas”. En este sentido, confesó que una de las cuestiones que más le ha preocupado y “más escándalo” le ha producido últimamente ha sido “el asunto del prófugo expresidente de la Generalidad de Cataluña” y que “la Abogacía del Estado sea utilizada en Europa en contra del Tribunal Supremo para impedir la extradición de un prófugo que se prometió haber traído a España”. “Es un escándalo extraordinario”, se reafirmó.

También enjuició que “no es posible que en una crisis internacional como la de Afganistán el presidente del Gobierno no comparezca personalmente en el Congreso de los Diputados a petición propia”. “No es posible”, reiteró el que fuera jefe del Ejecutivo.

“UNA NACIÓN”

Más adelante, Aznar quiso decir de manera “muy clara” que “España es una nación, no siete, ni cuatro, ni tres, ni 17, in 21”. “Una nación plural, pero una”, recalcó, ahondando en el mensaje de que España “ni es un Estado plurinacional, ni es un Estado multinivel, ni la madre que les parió”.

En esta época en la que “se pide perdón por todo”, aseguró que en su caso no piensa engrosar la fila de los que se disculpan. “No lo voy a hacer, lo diga quien lo diga, por defender la nación, a España, la importancia histórica de la nación española, las creaciones históricas de la nación española”, trasladó Aznar.

Recalcó a renglón seguido que no piensa disculparse por “la historia de España con sus claros y sus oscuros, con sus aciertos y errores”. “Yo estoy dispuesto a sentirme muy orgulloso, pero no voy a pedir perdón”, subrayó Aznar después de que el Papa Francisco pidiese perdón en México por los “pecados” cometidos.

En este punto, Aznar lamentó lo “triste” que le resulta ver que España haya “caído en el anonimato internacional”. Posteriormente, se revolvió contra la denominada por el Gobierno “ley de memoria democrática” y dijo a Casado que “todas esas cosas tienen que ser inmediatamente suprimidas y derogadas” porque es “una incitación completamente al enfrentamiento” y un “revisionismo absurdo de la historia” que “no tiene sentido”.

“Las batallas que no se dan son las que inevitablemente se pierden”, dijo al hablar de la “batalla cultural”. “No hay nada peor que un político marioneta de las tiranías culturales hoy al servicio de las redes sociales. No hay nada peor”, reflexionó Aznar poco después.

Finalmente, aseguró haberlo pasado “muy bien” al participar en la Convención del PP. Al presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno y su equipo, les deseó “muchos éxitos”. “Mi olfato dice que los vais a tener. Y mi olfato, que no falla todavía, me dice que tú también los vas a tener”, transmitió a Casado, y prometió que estar “humildemente” a su “disposición” para lo que le requiera.