Medio Ambiente

La Guardia Civil libera más de 260 kilos de pulpos vivos atrapados en nasas ilegales

MADRID
SERVIMEDIA

La Guardia Civil, en el marco de la operación Santolagarro, liberó 265 kilos de pulpos vivos atrapados en nasas o “tubos” de plástico no reglamentarios propiedad de un furtivo en la costa de Santoña, en Cantabria.

Según indica la Guardia Civil en una nota, durante una semana, mediante instrumentos instalados en los patrulleros Río Nervión y Río Guadalorce, se localizaron y rescataron del fondo del lecho de la bahía un total de 567 “tubos” y se devolvieron al mar con vida unos 265 kilos de pulpo.

En esta operación se detuvieron tres personas que se enfrentan a denuncias graves en materia de pesca por marisquear en aguas interiores en horarios no permitidos, por el volumen de las capturas halladas y por la pesca con arte prohibido no habilitado en el Cantábrico, en consonancia con la Orden MED 7/2021 de Cantabria por la que se regulan las vedas, tallas mínimas y regida de marisco, con multas de 601 a 60.000 euros cada una de ellas.

Además, el patrón de la embarcación y uno de los tripulantes familiar de este, se enfrentan a otras infracciones, el primero por no tener enrolado a un tripulante y al segundo por faenar sin estar enrolado para los efectos, todo ello ante la Capitanía Marítima de Santander en virtud del R.D.L. 2/2011 de Puertos del Estado y Marina Mercante, con multas de hasta 120.000 euros.

TÉCNICA DE PESCA

A lo largo del verano efectivos de la Guardia Civil recibieron información sobre la captura ilegal en la bahía de Santoña y Laredo. En concreto, determinadas embarcaciones de artes menores, mediante “líneas de tubos” ilegales, marisqueaban bajo la impunidad del horario nocturno. Este tipo de pesca está prohibido en Cantabria desde las 18.00 horas.

Los tripulantes “alaban” las “líneas de tubos” para, posteriormente, recoger las capturas y volver a dejar las líneas caladas en el fondo. Así, nunca las transportaban sobre el pesquero ni las trasladan al puerto, por lo que su detención era “extraordinariamente difícil”. Lo capturado furtivamente iba dirigido a restaurantes, particulares y amigos de los pescadores.

La Guardia Civil estableció un operativo de seguimiento sobre el pesquero sospechosos y lo detectó realizando la pesca ilegal en horario de medianoche. En concreto, sorprendieron a los tripulantes del pesquero en el momento en el que realizaban el alzado y captura de los ejemplares del pulpo.

Al subir a la embarcación, los agentes detectaron en cubierta alrededor de una veintena de “tubos pulperas” y más de una docena de octópodos de diferentes tamaños y ordenador al patrón del barco que levantara a línea para limitar el efecto lesivo a la especie y que arrojase por la borda los ejemplares vivos capturados antes de que muriesen.

Además, los agentes comprobaron que los pescadores, para agilizar la extracción del pulpo de los “tubos”, derramaban por la pieza una disolución de amoníaco, algo que era nocivo para el animal. Los pulpos se quedaban atrapados en esos “tubos” ilegales, ya que no estaban fabricados tal y como establece la normativa.

PROTECCIÓN ESPECIES

La Guardia Civil destaca que la pesca indiscriminada del pulpo y la utilización de aparejos ilegales, amenazan la especie y dañan el lecho marino. Por ello, recuerdo que hay que proteger en lecho marino porque estos denominados “cimientos” del océano sirven de sustento de la vida marina, y, si se destruye, peligra su ecosistema.

(SERVIMEDIA)
30 Sep 2021
BMG/gja