La Organización de las Naciones Unidas (ONU), en un informe publicado en el pasado mes de marzo, calificó este problema como “una sigilosa pero devastadora desgracia para la sociedad”, y añadió que se ha agravado debido a la crisis sanitaria por Covid-19 que, por sus características epidemiológicas colocó a las personas mayores “en el foco de atención mediática”. Además, se refirió al edadismo como una actitud que “empobrece la salud física y mental de este colectivo, reduce su calidad de vida, y cuesta cada año miles de millones de dólares a la sociedad”.
El XLI Congreso de la SemFYC abordará las situaciones que provocan los discursos edadistas y recomendaciones para acabar con ellos. La médica de familia, Mercedes Hernández Gómez, y la socióloga de la Fundación Matía, Elena del Barrio, se encargarán de realizar esta ponencia.
Asimismo, el 71,4% de los titulares analizados por ponentes de este congreso se representaba a las personas mayores de manera “desfavorable", presentándolos como "un grupo homogéneo y asociándolos a fallecimientos, deficiencias en la atención residencial o vulnerabilidad extrema”.
La pandemia ha supuesto la pérdida de trabajo para numerosos mayores, según la Encuesta de Población Activa (EPA), el cuarto trimestre de 2020 dejó a 936.200 ciudadanos de edades comprendidas entre los 50 y 65 años en el paro, es decir, el 25% del total de desempleados son mayores de 50.
En este sentido, la médica de familia, Mercedes Hernández Gómez, y la socióloga Elena del Barrio Trunchado plantean tres medidas para ayudar a controlar esta “pandemia” del primer mundo de la que aún se desconoce con seguridad sus repercusiones económicas y sociales a medio plazo. La inversión en estrategias basadas en pruebas científicas para prevenir y combatir el edadismo, mejorar los datos y las investigaciones para comprender mejor y reducirlo, así como crear un movimiento para cambiar el discurso sobre la edad y el envejecimiento.