Así lo afirmó la directora de la fundación, Cristina Ortiz, en un encuentro sobre la aportación de las fundaciones corporativas a la acción social celebrado en la agencia de noticias Servimedia.

Ortiz explicó que en 2020 “decidimos cambiar las bases legales de los premios para apoyar de forma decidida a aquellos programas destinados a paliar las consecuencias sociales de la Covid-19”. También se aprobó una dotación excepcional para los premios, que en esta edición “vamos a mantener", señaló.

En su opinión, estas ayudas “son más necesarias que nunca” y destacó cómo, gracias a ellas, en 2020 “impulsamos 43 proyectos sociales de respuesta a la Covid-19”.

La ampliación aprobada en 2020 fue de 100.000 euros respecto a las ediciones pasadas y, de este modo, los proyectos ganadores pudieron recibir una financiación máxima de 15.000 euros (frente a los 12.000 que se concedían antes).

Convocados por primera vez en 2005, estos galardones han destinado más de tres millones de euros a 385 proyectos, que han permitido mejorar la calidad de vida de cerca de 60.000 personas.

Según Ortiz, son uno de los principales programas de acción social de la fundación. A través de ellos, Fundación Cepsa reconoce la labor social de diferentes entidades que trabajan para mejorar la calidad de vida de colectivos vulnerables, como personas en situación de vulnerabilidad social, desempleados, enfermos, personas con discapacidad, pertenecientes a minorías étnicas, infancia, jóvenes y adolescentes, mayores o víctimas de violencia de género, entre otros.

En 2021, el jurado valorará de forma especial aquellos proyectos que contengan medidas para favorecer la transición ecológica, ya que “estamos convencidos de que esta es una de las vías más directas para asegurar el bienestar social a largo plazo”, recalcó Ortiz.

IMPACTO EN LA GENTE

Uno de los premiados en 2020 fue el programa ‘En compañía se lleva mejor’’ de Fundación Gil Gayarre, que atiende a unas 500 personas con discapacidad intelectual y a sus familias en Madrid.

En línea con los objetivos de la convocatoria, el proyecto buscaba atenuar el aislamiento y la soledad de las personas con discapacidad intelectual y de sus familiares fruto del confinamiento.

Según Amparo González, directora general de esta fundación, el programa promovía la creación de “cafés virtuales” donde familias, usuarios con discapacidad, voluntarios y profesionales podían compartir sus preocupaciones y darse apoyo mutuo.

Asimismo, "pusimos en marcha una formación con tutoriales e instrucciones sencillas para “salvar la brecha digital que afecta a muchas de estas personas”, explicó.

“Muchos usuarios con discapacidad intelectual a los que atendemos no tienen acceso a Internet", apuntó, "pero tampoco sus padres, que a veces son muy mayores”.

Se elaboró una guía bajo el título ‘A un solo click’, que les sirvió para ”aprender por ejemplo a utilizar Zoom y a hacer videollamadas”, declaró.

En su elaboración participaron empleados de Cepsa, ya que uno de los requisitos de los Premios al Valor Social es que cada proyecto esté patrocinado por un trabajador en activo.