García Magarzo explicó en declaraciones a Servimedia que la gran competencia entre las distintas empresas de supermercados garantiza “que los precios se forman de manera eficiente y las subidas de costes impactan lo menos posible” a los consumidores.

El responsable de la asociación que representa a supermercados como Mercadona, Lidl, Día o Ahorra Más defendió al respecto que "los distribuidores han demostrado siempre que actúan de una forma responsable y lo seguirán haciendo”, algo de lo que “todos los ciudadanos son especialmente conscientes después del año que hemos vivido”.

Sus manifestaciones tienen lugar después de que el Instituto Nacional de Estadística (INE) desvelase esta misma semana que el IPC subió en agosto cuatro décimas en tasa interanual respecto a julio y se situó en el 3,3%, el valor más alto desde septiembre de 2012, cuando alcanzó un 3,5%.

Otras fuentes del sector consultadas por Servimedia y que prefieren no ser citadas detallaron en la misma línea que el IPC en alimentación es muy plano y alertaron del “ruido interesado” sobre la subida de precios de determinados productos que, en su opinión, tienen el objetivo de preparar a los consumidores para que, efectivamente, se produzca un incremento.

No obstante, lanzaron un mensaje de “tranquilidad” y aseguraron que no se va a producir un incremento desproporcionado de los precios, que solo subirán si se incrementa el coste de materias primas, al igual que se produce cuando hay olas de frío o de calor con determinados productos agrícolas.

Aún así reconocieron que un incremento de los carburantes podría afectar al precio de los productos, ya que se tiene una medición bastante precisa sobre cuál es su impacto. “Normalmente, cuanto menor es el valor unitario del producto, más impacta el transporte en porcentaje sobre el precio final”, señalaron.