Celebrado en Kranj (Eslovenia), esta importante cita de los ministros europeos de Defensa debe servir para marcar un rumbo conjunto respecto a Afganistán tras la salida precipitada de los países occidentales y la toma del poder por parte de los talibanes.

Después de que los radicales islamistas recuperaran el control del país a mediados de agosto, Estados Unidos y la UE improvisaron misiones de evacuación para sacar a todos los nacionales y rescatar también a los cooperantes afganos que durante las dos últimas décadas de intervención militar han colaborado con las fuerzas internacionales.

La mayoría de los países europeos se marcharon el fin de semana y el lunes salieron de Afganistán los últimos militares de EEUU. Pero cientos colaboradores afganos se han quedado allí, con el consiguiente riesgo para su vida y la de sus familiares más cercanos.

Por eso, los países europeos han emprendido conversaciones con los líderes talibanes con el propósito de lograr su connivencia para poder sacar de allí a los cooperantes que han quedado en ese país.

Además, entre los mandatarios europeos existen conversaciones, como planteó el presidente español, Pedro Sánchez, para poner en marcha una nueva misión en Afganistán con la que prestar ayuda a la población y evitar que el territorio se convierta de nuevo en un santuario para terroristas islamistas.