Según informó este sábado el Instituto Armado, la organización criminal pretendía desembarcan 12 toneladas de hachís mediante narcolanchas, con las que pretendían acercar el estupefaciente a las costas levantinas en las que operaban.

Los 65 detenidos son de nacionalidad española, marroquí y colombiana y fueron arrestados en las provincias de Cádiz, Sevilla, Almería, Granada, Murcia, Alicante y Tarragona. A todos ellos se les imputa el delito de pertenencia a organización criminal y delitos contra la salud pública en su rama de tráfico de drogas y blanqueo de capitales.

En la operación se han intervenido más de 12 toneladas de hachís, 5 embarcaciones de recreo, 15 embarcaciones tipo lancha rápida (goma), 3 motos acuáticas, 3 camiones, 3 semirremolques, 4 vehículos de alta gama, una furgoneta, 6 vehículos de gama media, 89 teléfonos móviles y 2 pistolas detonadoras. Además, fue incautado numeroso material electrónico, informático y también documentación económico contable así como casi 100.000 euros en efectivo y 203.000 rublos de Bielorrusia.

REFUGIOS PARA LA DROGA

Esta macro-operación es la culminación de dos operaciones que se han desarrollado desde mayo del año 2020 hasta la fecha. Ambos operativos, 'Cristamar-Maggo' y 'Tarlo-Mago', perseguían el tráfico de droga y han concluido al mismo tiempo, con la desarticulación de las organizaciones que operaban transportando la droga por medio marítimo desde África a todo el Levante español.

Las investigaciones comenzaron hace aproximadamente un año, a raíz de las sospechas de los investigadores de la Guardia Civil, la Policía Nacional, y Agencia Tributaria sobre varios de los detenidos los cuales mantenían encuentros para organizar la descarga, ocultación y distribución de grandes cantidades de hachís.

Las organizaciones estaban bien diferenciadas, pero interactuaban entre sí para la introducción, ocultación y distribución de la droga. Realizaban la entrada por mar de la sustancia estupefaciente por las provincias del Levante español. Contaban con lugares para la ocultación de la droga y su posterior distribución por los alrededores de esos territorios. Además, en Sevilla y Tarragona adquirían la logística necesaria parra utilizarla en Almería y Murcia. Tenían descentralizada la logística del lugar de trabajo para dificultar la investigación policial.